viernes, 20 de febrero de 2009

El Caribe travestido, el turismo caníbal y la confrontación a la barbarie

No te creas, Leocadio, esos turistas a veces
son el mismo diablo -le decía-. sonsacan a uno
facilito con tanto dinero que tienen.

Mayra Santos-Febres. “Sirena Selena Vestida de Pena” (pag.200)


Siempre hay algo que nos mueve, algo que nos hace accionar, lo que genera la acción nos mantiene en constante movimiento, andamos en busca de algo, pero de qué, no podemos quedarnos estáticos, hay que emprender el negocio, buscar el “bisne”, salir de pobre. Algunos nacieron condenados, desheredados, desposeídos, desvestidos… sin techo, sin familia, les toca hacer la calle, así es Latinoamérica, el Caribe. Y lo peor es que ya no es visto como una tragedia, sino como una cotidianeidad y al parecer nadie quiere solucionarla.

Y entonces es el dinero lo que nos mueve, genera el rumbo de nuestro accionar, somos el mundo del negocio, de la necesidad. Esto lo podemos ver reflejado en una novela, cómo los personajes se mueven bajo esas premisas y configuran significados. O al menos es una lectura que podemos darle a “Selena Sirena Vestida de Pena” de Mayra Santos-Febres y por consiguiente al Caribe, en donde en medio de la violencia, el abuso y la discriminación, alrededor de 20 mil mujeres dominicanas ejercen la prostitución en esa región, según señala un estudio del Centro de Orientación e Investigación Integral.

Sirena Selena, un adolescente gay que se ha echado a la calle para ganarse la vida, posee un don especial: una voz dulce, cristalina, fresca “como el mismísimo mal de amores sobre la faz de la tierra”. Y cuando Martha Divine, una vieja travesti descubre ese talento sin igual decide promover al joven… aunque hay un pequeño detalle: En Puerto Rico es ilegal el trabajo de menores, decide buscar otros horizontes donde este aspecto legal es menos rígido y para ello se dirigen a la República Dominicana

En primera, vemos que los personajes de la novela de Santos-Febres tienen como problema común la falta de dinero: véase a Sirena que a falta de casa se prostituye… por dinero, a Solange a quien tienen sus padres que vender a Hugo para salvarse de la ruina, Mister Divine, quien necesita pagar su operación de cambio de sexo, Leocadio que lo necesita para estar otra vez con su madre, Migueles para irse de Puerto Rico, y bueno, Hugo necesita el dinero pero para hacer realidad su utópica premisa: “amar como siempre quiso amar a una mujer”.

En un mundo donde hay más pobres que ricos, y como ya dijo Aphra Behn, “el dinero habla un lenguaje que entienden todas las naciones”, el Caribe siempre ha sido propenso a la explotación, paraíso sexual sobre todo, sin embargo los personajes buscan cómo supervivir, no ser ellos los explotados, sino trascender su marginalidad. Lo vemos en el personaje de Sirena (y su deseo de vivir con lujos), de Solange (y su matrimonio con Hugo e incorporación a la alcurnia), de Mister Martha (sus negocios y su manera de embaucar a los empresarios, de utilizar su colmillo para consumar su tan anhelada operación). Caso diferente es la mujer con la que llevan a Hugo para tener su primera relación sexual. La mujer, a pesar de ser prostituta, hace un trabajo sin dolor ni vejación, no está siendo maltratada, al contrario, ella controla la situación, está sacando provecho, se está riendo de un muchachito. Al final ella no está siendo explotada, al contrario, ha logrado trascender su marginalidad e intercambiar los roles, pero es siempre el sexo lo que tienen como trueque estos personajes.

El sexo, al igual que el dinero, se vuelven los motores de estos personajes. El sexo y el dinero son la combinación perfecta. Es lo que se busca. Uno tiene el dinero y el otro obtiene el sexo. Ahora, ambos se encuentran de diferentes formas, mayormente en la prostitución y ésta tiene su mayor demanda en el turismo, de ahí que en el Caribe mucha gente viva de esa actividad, o la de trabajar en los hoteles. Cuántos locales no tienen la idea de irse a Cancún, Cozumel o Playa para trabajar en los hoteles -lo que se le pueda bajar a los turistas-: Tiene que emplearse en un negocio más lucrativo, como yo que trabajo en los hoteles. Con la propina que me dejan los clientes nada más me puedo dar vida de lujo. Beber, fumar, andar con mujeres… Pero yo no soy pendejo; no voy botar los cheles camellando por ahí. Estoy ahorrando para irme de Santo Domingo. Aquí ya no se puede vivir. (pp196)

El consejo que le da Migueles a Leocadio nos dice el modo en el que se sostienen los caribeños y parte de su economía. Los que no tienen no les queda otra que hacer la calle y venderse, pero esto sucede particularmente en esta zona. En realidad si quieres algo barato con pocos dólares puedes irte a divertir al Caribe. Jaqueline Sánchez Tylor señala en un estudio que hizo sobre turismo sexual en el Caribe que mientras entrevistaba a dos turistas sexuales, dos niños de ocho y diez años, se aproximaron ofreciendo lustrar sus zapatos: Estábamos en un bar y ya había pasado la media noche, y aún así estos niños estaban caminando descalzos en búsqueda de zapatos de turistas que lustrar para obtener algún dinero para sus familias. Uno de estos turistas sexuales dijo: "En el Canadá, esos niños estarían sentados frente al televisor por cable. Sus padres estarían en la beneficencia, y toda la familia estaría viendo la TV.

En la novela vemos al comprador y al que se vende. Ambos necesitan algo, pero lo interesante es cómo el dinero no lo es todo para el rico, no puede tener acceso con su dinero a la otra faceta de la realidad. Basta ver el destino de Hugo y la inmensa soledad a que se ha visto relegado.

Es interesante cómo a partir de la novela de Santos-Febres se empieza hablar sobre la idea de un Caribe travestido, cómo el hombre tiene que vestirse y cambiar de identidad:

“Miren eso. Eso no es una mujer” […] El capitán mismo la bajaría del avión para dejar constar claro que ella no tenía el derecho de disfrutar del confort, del lujo aéreo y la ensoñación que es acercarse a otras costas, Ella no, por impostora” (pp. 18-19).

Sin embargo, el Caribe siempre ha sido refugio de aquellos frustrados, como los Spring Breakers que llegan al Caribe para desahogar sus excesos. Martha convive al final de la novela con ese tipo de turista, los que describe bien.

En sus respectivos países no irían ni borrachos a ver un show de locas, pero perdidos en los arrumacos salitrosos de una isla del Caribe, ron en vena, piel chamuscada por otras temperaturas, cualquier novedad incita al relajamiento de la voluntad.(pp.120)

No quiero hacer una descripción de la novela, más bien recomendarla, para darnos cuenta que dentro de este código ficcional está inmersa una de las grandes atrocidades de la historia de la humanidad, la marginación a la que llevó el modelo neoliberal a ciertas regiones. Pero como ya señalé, los personajes de la novela trascienden ese margen, ahora los mueven otras cosas y sin ser complaciente para con el lector, el final de “Sirena Selena Vestida de Pena”, es el final que debería de tener esta postcolonización irracional que a gran parte de Latinoamérica y al Caribe han condenado.

(Santos-Febres, Mayra. “Sirena Selena Vestida de Pena”. Barcelona, Edit. Mondadori, 2000. 266 págs.)

PUBLICADO EN POR ESTO!, 13 de febrero 2009.

Ahora podré escribir una obra con cierta tranquilidad, mientras otros se ensucian las manos

La idea de Pájaros contra el viento(proyecto que había sido rechazado, pero cruzado el umbral de lo aceptable, véase la controversia del FONCA en Paso de Gato, sección “Mascara contra cabellera” (Revista Mexicana de Teatro) número 35 o la versión que ya incluí..

Pero en fin, la idea de esta obra ya estaba en mi cabeza y lo ha estado posponiendo desde hace mucho tiempo, alguna vez se la platique a alguna amiga en Pachuca hace dos años.

Ahora resulta que la idea después de estar tanto en la cabeza se ha de concretar, al parecer, ya que hay que estampar varias firmas para comprometerse de forma legal a escribir

una obra que se presentó como proyecto, claro, bajo cierto estímulo económico, que con esta crisis, quién no lo necesita.

El contexto es que por primera vez soy becario del área de literatura. Tanto en el FOECAY como en ninguna otra institución había tenido la distinción (que curiosa palabra) en esta disciplina, hasta ahora que me han aceptado el proyecto ya referido, en la categoría Creadores con Trayectoria (tómese la mención de la categoría como una autofelicitación y complacencia). Así que hoy por hoy comparto el mismo gusto con Cristian Núñez y Juan Esteban Chávez Trava de ser por primera vez becario en Literatura.

Después del suicidio actoral, he querido estar inmerso en el teatro, ya sea como testigo o protagonista. Aunque los mejores momentos de la vida se hayan visto empañados por férreas circunstancias, siempre quise tener un motivo para volver al teatro.

Siempre he querido escribir teatro, lo intento, a veces lo consigo. Las becas del FONCA, IMJ, FOECY y Coproducción para las Artes Escénicas, han cumplido con la premisa de gastar el sueldo buscando algo en lo teatral.

Algo se ha logrado, después del intento en el Mancebo del Castillo (pos ya no se podía volver a publicar una mamada, a lo mejor sólo tenemos derecho a una, mejor ni la nombremos jajaja), fue el diplomado de estudios de la dramaturgia, el contacto con las voces que me había dedicado a leer, bueno, las cosas fueron tomado forma.

Esperemos que con esta beca las cosas se puedan concretar.

La mención de las becas anteriores, ahora sí, más que por mera complacencia, es para responder a las categorizaciones del pasado. Cristhian Núñez en alguna ocasión escribió un artículo en el portal de UNAS LETRAS, en el que hablaba del Centro Yucateco de Escritores A.C como una mafia que se había robado todos los apoyos del Estado, los premios nacionales, las publicaciones de sus integrantes en revistas y editoriales de nivel, etc., argumentaba un control absoluto del centro hacia las otras instancias gubernamentales, cuestionando criterios, como si uno nunca hubiera sido rechazado y hubiera ganado todo.

Bueno el argumento no me parecía tan precipitado cuando el desconocimiento se hizo evidente, el señor Nuñez (omitamos el acento) decía: Participaron en el debate, sobre todo, Jorge Lara, Francisco Lope Ávila, Verónica Rodríguez e Ivy May, quienes más apoyos han recibido en las pasadas administraciones.

Hay que contextualizar que se trataba de un debate en el que se discutía la rigidez de ocultar la identidad del autor en la exposición de su trabajo en la Bienal Nacional de Literatura de Yucatán. Extrañamente el grupo de Nuñez estaba en contra de eso (porque querían que el jurado reconociera su obra, no puedo decir que no sé por qué, pero bueno, cada quien con su cada cual).

Algunos hemos logrado trabajar por cuenta propia, sin ensuciarnos las manos. Sigue sorprendiendo que aún con todos esos privilegios las quejas persistan... Señala Nuñez.

Pero aún sin privilegios las quejas persisten, sino véase la revista virtual Letras en rebeldía: http://www.letrasenrebeldia.com/controversia.html (aunque Nuñez usa la palabra privilegios como sinónimo de logros, pero bueno)

Lo curioso es que el señor Nuñez ahora con su beca se ensucia las manos... mientras otros escribirán tranquilamente.

Aunque hay que cambiar de tono (en la escritura), pero no hay que ser abruptos...mejor sigamos el cronograma propuesto.

jueves, 12 de febrero de 2009

Sobre las becas

“Sólo importa la trayectoria del creador”
Carmen García Bermejo
El Financiero, Miércoles, 10 de septiembre de 2008
Los creadores becados pueden trabajar donde quieran: Cantú.

El Fonca no otorga sus becas por cuotas a estados de la República o mediante análisis socioeconómico de los creadores. Se asignan en función de “la calidad y de la trayectoria del autor”. Pese a este dogma oficial, prevalece la polémica por los resultados de la selección de becarios al Sistema Nacional de Creadores de Arte y de Jóvenes Creadores.

Desde su origen, el Sistema Nacional de Creadores de Arte -instaurado en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari- se caracterizó por la inicua selección de sus becarios. Arguyendo que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) “no es una beneficencia pública de estímulos económicos, sino de reconocimiento a la excelencia de una obra artística más allá de las condiciones económicas de cada autor”, funcionarios del Conaculta han respaldado que algunos creadores con solvencia financiera sean favorecidos con un “estímulo económico” de por vida o por periodos de tres años, según sea el caso: creadores eméritos o creadores artísticos.

A la fecha la polémica y las críticas hacia las reglas de operación continúan. Algunas son públicas y otras sólo quedan entre la comunidad inconforme. Sobre todo porque los conceptos de “beca” y de “estímulo económico” que mantiene el jurado tienen un significado distinto al que le dan algunos intelectuales. Para ciertos artistas y escritores, una beca es una ayuda económica que les permite continuar con una trayectoria creativa dentro de un país que ha omitido una política gubernamental para que los artistas cuenten con fuentes de trabajo. Pero para el jurado del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) la beca es un reconocimiento a la trayectoria de los autores, sin importar su condición social.

Así, se ha puesto en duda si el Fonca concede “becas” y “estímulos económicos” a quienes realmente los necesitan. En ese sentido, una parte de la comunidad de escritores y artistas opina que bajo los criterios del actual SNCA quizá sería más confiable que el Fonca organice una rifa, que entregar un legajo de documentos a los jurados para acreditar “la calidad” de sus obras y su trayectoria.

En la emisión de los resultados de quienes se incorporan al SNCA a partir del 1 de agoto de 2008 vuelve a aparecer el fantasma de la duda, pues a esta lista de becarios que recibirán -durante tres años- 23 mil 665 pesos mensuales se incorporan nombres como los de los escritores José Agustín, Felipe Garrido, Víctor Manuel Mendiola, David Miklos, Óscar Oliva, Pedro Ángel Palou, Alberto Ruy-Sánchez, Francisco Segovia, Álvaro Uribe y Natalio Hernández; los artistas visuales Francisco Castro Leñero, Rogelio Cuéllar, Gilberto Chen Charpentier, Graciela Iturbide y Patricia Soriano; las bailarinas Claudia Lavista y Pilar Medina; los compositores Luis Jaime Cortez, María Granillo y Víctor Rasgado; los cineastas Nicolás Echeverría y Juan Carlos de Llaca, y los artistas de teatro José Caballero, Luis Mario Moncada y Juliana Faesler.

Pero la polémica no queda sólo en la categoría de “creadores artísticos”. El pasado 19 de agosto, 29 integrantes de la comunidad de dramaturgos y directores de escena enviaron una carta a la secretaria ejecutiva del Fonca, Martha Cantú Alvarado, con copia a Sergio Vela -titular del Conaculta- para manifestar su extrañamiento al proceso de selección de becarios de la convocatoria de Jóvenes Creadores 2008, en la rama de dramaturgia.

La misiva está firmada por Hugo Abraham Wirth, Édgar Chías, Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, Humberto Robles, Luis Santillán, Mario Cantú Toscano, Martín López Brie, Vidal Medina, Reynol Pérez Vázquez, Alejandro Ricaño, Ivy May, Carmina Narro, Rafael E. Martínez, Iván Olivares, Lucía Malvido, Daniel Serrano Moreno (miembro del SNCA), Teófilo Guerrero y Coral Aguirre, así como por José Alberto Gallardo, David Herce, Alfonso Cárcamo, Édgar Álvarez Estrada y Concepción Mora. También signaron la carta los críticos teatrales Enrique Olmos de Ita y Noé Morales Muñoz; el director de escena Gabriel Brito, la dramaturga y docente Tristana Landeros, el dramaturgo y novelista Antonio Malpica, la dramaturga y guionista Gisel Amezcua y la periodista cultural Alejandra Serrano.

Sin pretender cuestionar o minorizar los méritos de los postulantes seleccionados por la Comisión de Selección, los inconformes exponen cuatro puntos “que propician el enrarecimiento y la desconfianza en torno a los criterios aplicados para llegar a dicha resolución” en la especialidad de “dramaturgia para jóvenes creadores”: 1) de los tres postulantes beneficiados en esta emisión, coincidentemente los tres fueron alumnos de la jurado Ximena Escalante; 2) en las dos emisiones en que Ximena Escalante ha sido jurado, ninguno de los beneficiarios proviene del interior del país; 3) en 2008, sólo uno de los tres becarios cuenta con una trayectoria dentro de la disciplina, y 4) no es la primera vez que ocurre algo así, ya que en la emisión del año anterior una de las beneficiarias también fue alumna de Ximena Escalante y no contaba con trayectoria destacada dentro de esta disciplina.

Esta comunidad de dramaturgos y directores de escena explica en su misiva que la suma de estos aspectos da margen a las especulaciones, las interpretaciones y los malos entendidos: “Los criterios de selección no deberían, bajo ninguna circunstancia, estar sujetos a elementos apreciativos o circunstancias coyunturales, sino a elementos objetivos y concretos sujetos a las bases de la convocatoria”, afirman.

Reiteran la necesidad de que exista transparencia, claridad y puntualización sobre los procesos y criterios de selección en aras de la imparcialidad y equidad: “Por lo tanto, los firmantes consideramos que se ha vuelto indispensable que en el momento en que se dé a conocer el acta de la sesión resolutiva se publique, en la página de Internet, tanto el currículum que avale la trayectoria del solicitante, el proyecto a realizar con el apoyo de la beca y el acta donde se puntualicen los elementos por los cuales la Comisión de Selección llegó a esa resolución. Es importante que haya rendición de cuentas (más si es en relación a un programa financiado con recaudación pública que pretende estimular la creación artística) tanto de los postulantes beneficiados como de aquéllos que los han seleccionado. Mucho bien le haría a esta emisión de jóvenes creadores si antes de que entre en vigor la beca de 2008 se aplica la petición expuesta líneas arriba y se analice el desempeño de Ximena Escalante Muñoz como jurado y tutor.”

Las fases del proceso

Sorpresivamente, los funcionarios del Fonca y del Conaculta atendieron el llamado de los dramaturgos y directores de escena. Los conminaron a formar una comisión para exponer sus dudas. Al respecto, Martha Cantú Alvarado, secretaria ejecutiva del Fonca, explica a EL FINANCIERO que el organismo a su cargo opera por medio de comisiones de selección. Esto es, ningún funcionario público opina acerca del destino de los recursos que otorga el Estado para el desarrollo y estímulo a la creación artística, sino que es la propia comunidad artística la que decide el destino de estos recursos a través de la Comisión de Artes.

Las comisiones de selección de becarios se conforman por jurados bajo el acuerdo y la aprobación de la Comisión de Artes. El proceso de selección de las postulaciones se basa en un esquema de tres fases: administrativa, técnica y resolutiva. Para el programa Jóvenes Creadores 2008 se presentaron en el área de dramaturgia 36 postulaciones, de las cuales dos no pasaron la fase administrativa. De acuerdo con Cantú Alvarado, la fase técnica y la fase resolutiva estuvieron a cargo de una comisión formada por Ximena Escalante y Ricardo Ramírez Carnero.

De los 34 postulados que pasaron a la fase técnica, sólo 25 la aprobaron y se canalizaron a la fase resolutiva: “Ésta es la parte más complicada porque -indica Cantú Alvarado- el Fonca cuenta con recursos limitados. Pero el jurado elige los mejores proyectos y, por desgracia, quedan algunos creadores fuera de recibir ese apoyo aun cuando tengan los méritos para recibirlo.” De esos 25 postulantes, sólo tres obtuvieron la beca: Luis Eduardo Alcocer Guerrero, Itzel Lara González y Verónica Bujeiro Ortega.

Cuando la comisión de selección inicia su proceso para resolver las fases técnica y resolutiva, los jurados deben respetar el Código de Ética que establece: “No se permitirá que las comisiones evalúen a los postulantes, si se considera que existe una relación laboral, íntima o académica durante el año inmediato anterior a la postulación.” Cantú Alvarado precisa que en el caso de los dramaturgos, ni Ximena Escalante, ni Ricardo Ramírez Carnero, tenían un tipo de relación con los beneficiados de la beca en el año inmediato anterior a su postulación. Sin embargo reconoce que Escalante sí fue maestra de los becarios ganadores, pero hace más de un año.

A la funcionaria se le indica que, en el acta de la sesión resolutiva, Escalante sí dice que mantuvo relación académica y laboral con algunos de los postulantes y que, por tanto, se abstuvo de opinar sobre sus proyectos. Cantú Alvarado acota: “Ella se refiere a los postulantes Norma Angélica Rogel García y Vanessa Valencia Vergara, no a los que resultaron beneficiados. Los beneficiados sí habían sido sus alumnos, pero no en ese año y el código de ética es muy específico al señalar ‘durante el año inmediato anterior a la postulación’. Todo está en regla.”

La funcionaria explica que en el momento en que recibió la carta de los dramaturgos, de inmediato entró en contacto con Hugo Abraham Wirth y se reunieron para explicarle todo esto. Además, mantuvo otra reunión con la Comisión de Arte en la que, además de dar un informe del trabajo del Fonca, se le enteró de la inconformidad de los dramaturgos: “Analizamos de manera conjunta el caso -apunta-, revisamos los currículum de los ganadores y concluimos que no existe ninguna falta.”

Afinidad estética o trayectoria

En entrevista por separado, el joven dramaturgo Hugo Abraham Wirth afirma no ser el típico creador dolido y resentido por no obtener la beca, ya que en ningún momento ha solicitado la impugnación de los resultados: “Como escritor -apunta- me siento inquieto y lo único que pedimos en la carta es que se esclarezca este proceso de selección. La carta está apoyada y firmada por gente seria, ante la evidencia de las dudas. Los funcionarios del Fonca nos dijeron que se atendería el reclamo. Formamos una comisión y la reunión fue pactada para el 2 de septiembre. Asistimos Martín López, Luis Santillán y yo. Martín López obtuvo, el año pasado, los premios nacionales más importantes de dramaturgia y lleva seis años solicitando la beca, pero no se la han dado. Yo llevo cinco años solicitándola y nada, aunque en mi trayectoria tengo dos premios nacionales y estrenos de mis obras.”

Los dramaturgos fueron recibidos por Martha Cantú e Imelda Martorell, directora de Apoyo al Desarrollo Artístico del Fonca. En la reunión, además de exponer sus dudas, plantearon puntos que antes habían consensado con dramaturgos y directores de escena: 1) “Ximena Escalante no tiene ya credibilidad como jurado y, por tanto, exigimos su renuncia como jurado y como tutora”; 2) “los jurados del Fonca no sólo deben residir en el DF sino que también haya representantes del interior de la República”, y 3) “aumentar el número de becas para el área de teatro”.

Wirth comenta que en esa reunión Martha Cantú les dijo que una de las formas para mejorar el proceso de selección es que un jurado no permanezca un periodo mayor a dos años: “Actualmente -añade- los jurados están tres años y ella consideró que se puede reducir. También se consiguió que se revisara en el Código de Ética para que los postulantes no pudieran ser beneficiados si uno de los jurados había sido su maestro dos años antes, es decir ampliar el tiempo.”

Pero luego de la reunión con Martha Cantú, quienes firmaron la carta se preguntan: “Qué vale más: ¿los datos duros de una trayectoria profesional, que es la única forma como nos podemos defender, o el criterio de uno de los jurados? Qué pesa más: ¿el gusto de o las afinidades estéticas de los jurados o un proyecto que corresponda a la trayectoria del postulante?” Wirth afirma que la comunidad de dramaturgos y directores escénicos considera que, en esta ocasión, no hubo un equilibrio entre proyecto y trayectoria de los postulantes a la beca 2008 en jóvenes creadores: “Definitivamente -reitera-, la comunidad que firmamos la carta no estamos satisfechos con lo sucedido. Hay poca claridad. Nuestra comunidad es pequeña y sabemos perfectamente quién ganó algún premio, a quién le publicaron, quién estrenó y ha tenido éxito, quiénes están activos o no. De los nuevos becarios del Fonca sólo sabemos que fueron alumnos de Ximena Escalante y eso sigue generando sospecha. El proceso no está claro.”

Sin reparo en estatus social

Pero el Fonca tiene más temas pendientes. En la revisión de la cuenta pública 2006, la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados emitió una recomendación al Fonca para que implemente mecanismos de control y vigilancia y se abstenga de otorgar becas a funcionarios públicos o directivos de la IP. En este sentido, Martha Cantú Alvarado, secretaria ejecutiva del Fonca, acepta que en todas las convocatorias se establece como limitación que no se otorgarán becas o estímulos económicos a funcionarios públicos del Conaculta, ni de sus órganos desconcentrados, ni de ninguna de sus unidades administrativas. Por lo tanto, asegura que el Fonca no tiene ningún funcionario del Conaculta becado.

Entonces se le pregunta qué sucede con casos como los de Marina Stavenhagen, directora del Imcine; Ignacio Padilla, exdirector de la megabiblioteca José Vasconcelos, y Vicente Herrasti, extitular de la Dirección de Publicaciones del Conaculta, quienes son becarios del SNCA y, a la vez, fueron o son funcionarios. Cantú Alvarado señala que en el momento en que se convierten en funcionarios, los creadores artísticos dejan de recibir los estímulos económicos pero conservan la distinción de ser miembros del SNCA; es decir, mientras permanezcan en el cargo no se les otorga la beca. Pero si renuncian al cargo, se les recupera su beca si está dentro del periodo dentro del cual se estipuló el otorgamiento del estímulo. Por ejemplo, Vicente Herrasti concluyó su periodo de ser director de Publicaciones del Conaculta e inmediatamente se le reincorporó su estímulo económico porque su periodo de becario abarca de agosto de 2006 a agosto de 2009. Herrasti tomó posesión de su cargo el 1 de febrero de 2007 y renunció el pasado 18 febrero de 2008, por lo que aún le quedaba poco más de un año para ejercer su beca. No se le da retroactivo nada, sino a partir de esa fecha comienza a recibir su dinero y hasta que concluya su periodo de pertenencia al SNCA.

A la funcionaria también se le pregunta por los casos de Eduardo Lizalde, quien desde 1993 es creador emérito y, a la vez, dirige desde 1996 la Biblioteca de México; es decir, recibe como creador emérito un “estímulo económico” de 31 mil 554 pesos mensuales y, a la vez, un sueldo de 37 mil 239 pesos mensuales como funcionario público. El mismo caso lo tiene Luis de Tavira, también creador emérito y actual director de la Compañía Nacional de Teatro.

Cantú Alvarado afirma que como ambos intelectuales son creadores eméritos, no están sujetos a las restricciones a las que se les sujeta a los creadores de arte: “La distinción de creadores eméritos -agrega- es el máximo reconocimiento que otorga el Estado mexicano a los creadores por toda su trayectoria; por consiguiente, ellos no tienen esa restricción.”

Otro punto que se le expone a la secretaria ejecutiva del Fonca es el caso de Raúl Quintanilla, director del Centro de Formación Actoral de TV-Azteca y, además, se le otorgó la beca de 23 mil 665 pesos mensuales como creador artístico 2007-2010 y, ahora, a Alberto Ruy Sánchez, director de la revista Artes de México, quien recibirá la beca con un monto similar de 2008 al 2011. Sobre todo porque la Auditoría Superior de la Federación recomendó al Conaculta que integre mecanismos de control que impida dar becas a funcionarios o a quienes ejercen otro cargo similar en la IP. Martha Cantú responde: “Muchos de nuestros creadores desarrollan su trabajo creativo a través de pequeñas empresas culturales.”

Se le hace ver que TV-Azteca no es una pequeña empresa cultural, como tampoco lo es Artes de México. A lo que la funcionaria comenta: “Bueno, los creadores pueden trabajar en donde quieran. Además, el Fonca no otorga sus becas por cuotas para ser repartidas en los estados de la República, por género o por el análisis socioeconómico de los creadores artísticos.”

Cantú Alvarado es contundente: “Las becas que otorga el Fonca son en función de la calidad y de la trayectoria del creador. Para el Fonca no es importante saber en dónde trabaja el creador que está postulándose, salvo que labore en el Conaculta. No hay limitación en cuanto a saber si el postulante trabaja en la administración pública, en una empresa privada o en una empresa personal. Para el Fonca es importante la trayectoria del creador, el proyecto que presenta y que cumplan con ese proyecto en el tiempo establecido y bajo las condiciones del convenio que firma.”

miércoles, 11 de febrero de 2009

Cuando éramos jóvenes... (Sonoramente parece otra obra)


Alumnos de la UADY, ganadores del Premio Estatal de la Juventud.

El Jardín Literario de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), fue el escenario ideal para anunciar que Eloísa Alcocer Vázquez e Ivi May Dzib, obtuvieron el Premio Estatal de la Juventud 2006, en las áreas Académica y Artística, respectivamente.

Presente en el evento, el doctor Francisco Fernández Repetto, coordinador general de Extensión de la UADY, destacó la importancia de que en las aulas de casa de estudios haya jóvenes con capacidad académica y talento artístico.

A su vez Eloísa Alcocer Vázquez, ganadora del Premio Estatal de la Juventud en el área Académica, expresó que este reconocimiento significa el principio de un camino por construir.

-Mis conocimientos son resultado de una formación integral donde, además de las clases cotidianas tuve la oportunidad de capitalizar los espacios, programas y actividades extracurriculares que tiene la universidad, indicó la galardonada durante la conferencia de prensa.

El joven Ivi May Dzib, Premio Estatal de la Juventud en materia artística, aseguró que ingresar a la UADY fue fundamental para enriquecer sus conocimientos y capacidades en el área de la Literatura. Cursar este programa me dio la madurez para desarrollarme como estudiante, escritor y actor social, subrayó.

Recomendó a los estudiantes del nivel superior aprovechar las oportunidades que hay en las instituciones educativas que cuentan con los programas adecuados para el enriquecimiento físico y mental de los jóvenes.

Vale la pena agregar que los ganadores del Premio Estatal de la Juventud son egresados de la Licenciatura en Literatura Latinoamericana de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY.

Texto: Fabiola Herrera Contreras.

Pie de foto: No siempre se puede relucir tan radiante (SIC).

miércoles, 4 de febrero de 2009

“Crack o de las cosas sin nombre”: Sobre las lecturas y su traducción a la escena



Del 3 al 23 de enero se celebró en Mérida el Festival de la Ciudad 2009. En cuanto al panorama teatral se refiere, el domingo 4, la compañía de teatro “La fragua” presentó en la Escuela Municipal de Danza la primera de las obras locales que la Dirección de Cultura produjo para el festival: “Crack o de las cosas sin nombre”, de Edgard Chías, bajo la dirección de Oscar López.
Fueron dos funciones que llenaron el recinto municipal, donde se dio cita gran parte del gremio teatral del Estado, entre actores, directores, profesores de los diferentes institutos de enseñanza de las artes escénicas en Yucatán y sobre todo estudiantes de actuación.
El autor de la obra es un joven dramaturgo mexicano cuyo trabajo ha dado de qué hablar dentro del gremio, tanto a nivel nacional como internacional.
Chías había presentado en los últimos años obras en las que le apostaba a la narrativa escénica (otros le han mal llamado narraturgia o dramativa) como estilo y recurso para abordar el drama.
Tal y como su nombre lo dice, a través de la narrativa escénica, Chías se había alejado del discurso dialogal y en sus obras la narración era el eje piramidal para la elaboración del texto. Entre estas obras de teatro narrado se encuentran Telefonemas, En las montañas azules y El Cielo en la piel.
Casualmente en el 2005, asistí al estreno de Telefonemas en el Teatro La Capilla, obra que dirigió Marco Vieyra. Al ver la obra, descubrí a un autor que estaba ya en otro nivel, la obra que Chías había publicado en Teatro de la Gruta (Tierra Adentro), y con la cual lo conocí como autor, llamada ¿Último Round?, tenía poco que ver con la propuesta de Telefonemas, en donde la acción, la narración y algunos diálogos eran de una velocidad apabullante: el discurso de la mente traducido a la escena.
Lo anterior viene al caso, porque Chías regresa al modelo dialógico y al teatro ·”convencional” con la obra “Crack o de las cosas sin nombre” (Pieza en espiral).
Crack es un melodrama sobre el caótico mundo de la droga, la corrupción, el desempleo, la piratería, la maquinaria institucional que nos come y nos vomita todos los días, es en sí una obra fresca y vigente que habla sobre el mundo en el que se encuentran inmersos un gran número de mexicanos. Crack es la vida del consumo, la adicción en un tono a veces cómico, a veces en un tono tan directo y real que se duda que haya un constructo ficticio.
La obra de Chías está inscrita en un realismo en el que el piedrómano hace alusión de todas sus facultades adictivas, sin embargo, como señala Martín Acosta (quien llevara a escena esta obra por primera vez en el 2007): Por fortuna Crack no es una obra didáctica. No hay moraleja porque no hay salida. Y no hay salida desde que perdimos el nombre de las cosas.
“Crack o de las cosas sin nombre” se publicó en la Revista Mexicana de Teatro “Paso de Gato”, número 28. El texto no contiene ninguna acotación, incluso el nombre de los personajes se omite, el diálogo está precedido de un guión, por lo que no sabemos en un principio quien está hablando. Sin embargo al leer la obra (a conciencia) nos podemos dar cuenta de las situaciones y de las voces que se encuentran en el texto, las acotaciones están implícitas en los diálogos.
Hay que señalar que esta omisión que tienden a criticar algunos directores -argumentando poca claridad para una buena comprensión de la lectura- no es algo nuevo. El teatro de Shakespeare incluso estaba escrito con estas pautas. Es hasta que su editor ordena en actos, personajes y acotaciones la obra del inglés, que entonces el lector puede ya conocer con exactitud qué es lo que está pasando.
A partir de eso se cree en la necesidad de esa convención, en que el dramaturgo tiene que ser claro en la especificación de su partitura de acción, aunque si el dramaturgo dirige de más en el texto, es criticado, y si no dirige nada, también.
Pero creo que estar ante una obra no acotada (al menos de forma explícita), la exigencia en cuanto a la lectura del texto es mayor. A partir de la lectura particular de un texto es que surge su traducción escénica: el director lee la obra y entonces es que la concibe y se dispone a trabajar con todo su equipo (quien también tiene sus propias lecturas) para congeniar la unidad del producto.
Oscar López fue el encargado de llevar a escena este texto de Chías, el cual es atractivo por vigente. Una de las drogas más destructivas sirve como tema para la acción. Pero hay que señalar que la puesta en escena de López, a pesar de contar con una atmósfera propicia para lo que se hablaba, estuvo llena de altibajos.
Las historias giran en torno a personajes urbanos de clase baja. “El Loco” y la “Lupe” son un matrimonio con un par de hijos. Clásica familia mexicana marginada, cuyo jefe resiente el peso de la injusticia social, es despedido de la compañía en la que trabaja. Al igual que muchísimos trabajadores, vive en una casa que no es suya sino de su suegra. La mujer del “Loco” es respondona, pero a la vez sumisa y resignada, está a la expectativa de los movimientos del marido y “lo aconseja”.
Un día, el “Maestro” les ofrece el negocio para salirse de la pobreza, primero vender piratería, luego usar su casa para el armado de la “piedra” con el disfraz de que son medicamentos.
El “Mosca” es un chavo que le compra droga al “Huero”, un diler que le rebaja al producto para mezclarlo con otras cosas. El “Huero” le ofrece a “El Mosca” que se una al negocio, pero él le huye, es un “niño” aún. “El Mosca” tiene una novia, “La Mona”, también adicta a la piedra, y quien está embarazada, quiere abortar y se pasa recriminando a “El Mosca” su estupidez, su falta de agallas y de dinero.
Entre el “Huero” y “La Mona” existe una relación que se descubre en cierto momento, ya que el hijo de “La Mona” no es de “El Mosca” sino del “Huero”. Cansado de tanta humillación y vejación por parte de su “amigo”, “El Mosca” mata a balazos al “Huero” con la pistola de éste, y comienza una carrera de matón solventada por su adicción al crack.
Ya en el negocio, la Lupe se vuelve adicta a la piedra al igual que uno de sus hijos, lo que termina siendo su perdición cuando mandan al niño a entregar un paquete de la droga. El niño la consume en la calle e invita a “El Mosca”. La policía detiene al niño con todo el material, por lo que los problemas del “Loco” y la “Lupe” ahora sí ya son graves.
El final es el esperado: no hay salida para la familia del “Loco”, que paga las consecuencias de sus errores en un mercado que no acepta adeudos, y de forma circular, El Maestro le encarga a otras familias el mismo negocio. Porque al fin y al cabo, ¿cuántos mexicanos no andan en busca de ese empujón, a pesar de su ilegalidad?
Las actuaciones en primer lugar dieron mucho qué desear, en particular el trabajo de Ulises Vargas, quien caracterizó al personaje “El Mosca”, a quien al principio, tanto su novia como sus amigos, lo agarraban de “puerquito”. Como ya dijimos, la adicción, el enojo, la frustración, el engaño y las constantes vejaciones hacen que “Mosca” se rebele y se convierta en un asesino despiadado. El papel exigía una actuación que nos permitiera ver este cambio en la actitud y mentalidad del personaje, pero no sucedió. Con marcados “clichés”, el joven Ulises Vargas quiso darle vida a “El Mosca” pero sólo logro crear un bosquejo superfluo del personaje.
Lo mismo pasaba con personajes como “El Loco” (Francisco Solís) quien terminaba siendo un payasito. A pesar de la tragicomedia que presenta Chías, creo que el Director se fue más por una lectura nimia de la obra. Solís, a pesar de dotar al personaje de fuerza y carisma, termina siendo el chistosito de la historia, por lo que algunos diálogos cargados de fuerza, vitalidad y crudeza se perdían, ante la esperanza de que soltara otro albur o chistecito a favor del respetable.
“La Mona” (Marisol Quintal) no tuvo control para con sus emociones y en los momentos climáticos recurrió al constante grito y a la histeria, que si bien es lo que se le pedía, ésta no tenía que ser tan desbordada, ya que impedía cualquier tipo de dicción, por lo que en ocasiones sus diálogos resultaban ininteligibles.
La Lupe (Laura Zubieta), El Maestro (Juan de Dios Rath) y el Huero (Izmir Gallardo) fueron los actores que mejor afrontaron a sus personajes. Pero a pesar de una buena interpretación de Izmir Gallardo (que en ocasiones dejaba escapar al personaje y ostentaba una risa más suya que la del “Huero”) o de Juan de Dios Rath, el trabajo dio la sensación de haber estado incompleto e inconexo en las relaciones interpersonales de los mismos.
La escenografía que presenta Oscar López, recuerda en parte la propuesta que hiciera el montaje de Martín Acosta, pero en vez de añadir elementos a la escenografía de ese montaje del 2007, más bien se le resta. Sin embargo, el espacio es capaz de crear esa atmósfera de urbanidad, marginación y sordidez.
A mi parecer, la puesta en escena del texto de Chías fue limitada y de una lectura que careció de profundidad. El director tiene la capacidad de añadir imágenes y acciones al texto y no ser tan preciso con la propuesta del autor, por lo que Crack, con el tratamiento de López, estaba a veces en el umbral de la telenovela o del melodrama barato, ya que faltaban elementos y recursos que la transformaran en una propuesta de igual riesgo que la escrita.
A pesar de que la dramaturgia de Crack está inscrita en un realismo urbano, ninguna obra de arte es una copia fiel de la realidad, a pesar de que así lo parezca, de ahí el hilo del que pende Crack y que López dejó caer.
Por último, me parece importante que Oscar López esté llevando a escena a los autores jóvenes de la dramaturgia mexicana, a pesar de que López (al menos los montajes que se han visto de él en Mérida) siempre le apuesta a textos cuyas propuestas son interesantes e innovadoras, creo que la elección de Crack es un aporte para el repertorio teatral del Estado.
(Crack o de las cosas sin nombre de Edgard Chías; Dirección y diseño de escenografía, Oscar López; Diseño de iluminación, Luis Manuel Aguilar “El Mosco”; Vestuario, Antonieta Hidalgo; Musicalización; Gabriel Moreno y Óscar López; Producción ejecutiva, Erika Ancona y Alejandro Barceló; Producción, Ayuntamiento de Mérida; Producción escénica, Compañía de teatro “La Fragua.
Reparto: El Loco, Francisco Solís; La Lupe, Laura Zubieta; El Maestro, Juan de Dios Rath; El Huero, Izmir Gallardo; El Mosca, Ulises Vargas; El poli/ Cuco, Gabriel Moreno; La Mona, Marisol Quintal).

PIE DE FOTO:Gracias a Óscar por las fotografías, esperando que la lluvia (de críticas) no te abrace os envio un abrazo.

PUBLICADO EN POR ESTO! 5 de febrero de 2009.

martes, 3 de febrero de 2009

¿Qué Pinter con la dramaturgia actual?

Ivi May Dzib



(1930-2008)

Mientras México se torna más cruento, revisaba el saldo mortal que arrojó el año pasado. Los municipios, la ciudad, los estados, el país y el mundo comunicaban a sus muertos en las carreteras, por el alcohol, por las guerras religiosas, territoriales, militares o la espuria sin pies y muchas cabezas, que es el narco.

Ante un panorama desolador, pero con el entusiasmo de saber que la reescritura es el mecanismo de respuesta ante el conflicto, caigo en la cuenta de que el saldo fue demasiado negro, no por el número de muertes, no por lo espectacular de los acontecimientos o por una hecatombe más, a que alguna parte de la tierra haya sido sometida, sino porque entre esos que por X o Y se fueron en diciembre, se encontraba nada menos que Harold Pinter.


Tal vez Pinter, de origen inglés, sea conocido por el simple hecho de haber sido merecedor del Nobel de Literatura en el 2005, pero fuera de eso, verdaderamente revolucionó la palabra dramática dentro del texto teatral. La dramaturgia no volvió a ser la misma desde la aparición de sus obras. Pinter ha pasado a la historia de la dramaturgia al igual que Eurípides, Chejov, Ibsen, Brecht, o Becket. Su obra es necesaria e indispensable para entender los mecanismos del habla del personaje y su reestructuración en el teatro de hoy.

El autor aludido nos demuestra con sus personajes que el dramaturgo no sabe todo sobre la naturaleza humana de los mismos, que al fin y al cabo él les da vida pero éstos tienen la fuerza para ser independientes de su creador y volverse una mente impenetrable. Del personaje no se conoce todo, ya que antes que nada es voluble ante sí mismo y la amenaza está latente porque ésta se construye a través del diálogo, el silencio y la pausa.


El silencio y la pausa en la obra de Pinter es un tema de estudio que abarcaría una tesis doctoral, de ahí que el silencio pinteriano sea ya un lenguaje por sí mismo. A partir del silencio y la pausa, los personajes de Pinter nos van diciendo todo, no es necesario hablar de más, sino que los personajes dentro de la lógica interna del dramaturgo sucumben ante la ausencia del habla y el subtexto que por ende se recoge por esa ausencia.


La amenaza es otro de los temas que se encuentran presentes en sus obras, sus personajes y las circunstancias en que se desarrolla el discurso dialógico, permiten una sensación de amenaza constante, de alerta permanente.


Entre las obras representativas de Pinter se encuentra "Traición", cuya estructura está concebida, salvo una escena, para leerse de atrás hacia adelante en cuestión de la temporalidad. La obra inicia en 1963 y termina en 1956. Las escenas van sucediendo de tal forma que iniciamos con el final y la obra es de una fuerza dialógica, característica de Pinter, que la acción está llena de interés a pesar de conocer desde la primera escena el destino de los personajes.


"El amante" es una de las mejores piezas breves de Pinter. Al leerla, se siente esa extrañeza que sólo nos dan los grandes textos revolucionarios y propositivos. La mujer de un matrimonio tiene permiso de su esposo de recibir a su amante durante ciertos días de la semana. Durante el diálogo y el correr de las escenas, estos juegos eróticos se van tornando en una aparente confusión, ya que el esposo usurpa el papel del amante pero sin especificar nunca que hay un cambio de roles. Los diálogos están superpuestos para darnos cuenta de la fantasía permanente en que vive el matrimonio y la imposibilidad de una relación como la marca la sociedad.


"Cenizas a las cenizas" es, quizá, uno de los textos más interesantes e innovadores en la obra de Pinter. Esta obra se caracteriza por la ruptura y tergiversación en la anécdota. Al querer hacer un análisis estructural, nos damos cuenta de vacíos en la información codificada que nos brindan los personajes, de tal manera que si queremos reconstruir la trama, ésta no nos queda clara del todo, es decir, hay vacíos que no nos permiten afirmar qué pasó en el todo como unidad. A pesar de esto, lo limitado de la información en la diégesis no implica que la obra sea inconsistente, ilógica o incompleta, sino que con esa característica de los personajes de Pinter, nos envolvemos en un mundo donde el peligro, la amenaza y la mentira flotan en el aire y los personajes se nos hacen borrosos e indefinidos pero con una carga emocional y vivencial que hacen que el espectador se interese segundo a segundo por lo que está pasando en la escena.


En fin, la aportación literaria de Pinter pasó también por la poesía y la novela, géneros que cultivó de manera fugaz, ya que Pinter era ante todo un hombre de teatro, director y actor, Pinter entiende la escena porque está inmerso en ella. Esté dentro del teatro y desde afuera ya lo puede escribir como un ciudadano del mismo.


Es notable también la lucha política de este hombre de teatro. Pinter siempre fue un responsable crítico del imperio, nunca un panfletario para con su obra. Basta revisar el discurso que presentó durante la entrega del Nobel (al que no asistió por la enfermedad que ya lo aquejaba) y que usted lector puede encontrar en la red, para darnos cuenta de la preocupación del escritor por los problemas tan grandes que enfrenta el mundo.


Crítico de Bush y Tony Blair, a los que siempre consideró asesinos y criminales de guerra, Pinter deja un legado a la dramaturgia mundial que culmina con su muerte el 24 de diciembre de 2008, a causa del cáncer.
El 2008 terminó con la pérdida de uno de los hombres más notables en el mundo del arte. Si usted ha leído o ha visto alguna obra de Pinter, creo que sabrá de qué estoy hablando.

PIE DE FOTO: El vacío que nos deja alguna pérdida, si pone atención al recuadro se dará cuenta de lo incierto.