miércoles, 7 de abril de 2010

La Escuela de Creación Literaria en el Centro Estatal de Bellas Artes invita a los nuevos talentos: Apuntes de un escribidor

Escribir literatura, ejercer el oficio, no es simplemente trazar cualquier idea en una página, hay que tener disciplina, recorrer un camino, pero sobre todo leer e interesarse en las formas con las que se trabaja, de ahí que la Secretaría de Educación del Estado de Yucatán, a través de la Dirección de Programas Estratégicos, invite a los interesados en aprender a escribir cuento, poesía y dramaturgia a formar parte de la segunda generación de alumnos de la Escuela de Creación Literaria del Centro Estatal de Bellas Artes.

Esta es una oportunidad para los interesados en la materia para llevar por tres años una educación formal en lo que al proceso de formación creativa se refiere. Cierto es que muchas veces uno quiere sobresalir de forma inmediata, saltarse procesos, pero el que corre muchas veces tropieza, de ahí la importancia de conocer las herramientas estilísticas, retroalimentarse con las oportunidades que la misma escuela ofrece en torno a la escritura, pero sobre todo compartir el trabajo y la visión de otros compañeros.

El Centro Estatal de Bellas Artes ofrece un Taller de Sensibilización dirigido a niños y niñas de 9 a 11 años de edad, en el cual se le dota de elementos que enriquecen su parte creativa, además de ayudarlos a desarrollar su imaginación y creatividad a partir de dinámicas lúdicas relativas al quehacer literario.

El taller juvenil está dirigido a hombres y mujeres de 12 a 14 años, aquí es una buena oportunidad para todos los jóvenes que tienen inquietudes literarias, a aquellos que les gusta la clase de español en la escuela y los que están familiarizados (o a gusto) con leer, crear o contar historias. Este taller servirá para que esas historias se registren en el papel y se les dotará de elementos y técnicas que hagan que la imaginación adquiera aún más sentido con el lenguaje.

Ahora, también está la posibilidad para las personas que se quieren formar de manera continua y tener una educación formal, la carrera de Técnico en Creación Literaria que está dirigido a hombres y mujeres de 15 en adelante, esto será de suma importancia para poder alcanzar un nivel competitivo en el ámbito de la escritura, además que podrán conocer infinidad de textos de suma trascendencia en la literatura.

Los maya hablantes también están incluidos en este generoso proyecto, ya que la escuela también cuenta con la carrera de Técnico en Creación Literaria en Lengua Maya que es para hombres y mujeres de 15 en adelante que hablen y escriban este idioma, ya que la institución reconoce la importancia de nuestra cultura y de nuestra lengua y la importancia que ésta siga vigente mediante la creación artística.

Las inscripciones para el curso propedéutico y proceso de selección serán los días 26, 27 y 28 de agosto y el curso propedéutico será del 31 de agosto al 4 de septiembre. Dos días de curso para los jóvenes y dos días para los adultos interesados en la carrera de Técnico en Creación Literaria (los talleres de sensibilización y juvenil no requieren selección).

Las inscripciones para los seleccionados serán del 7 al 30 de septiembre, todo esto tendrá como sede el Centro Estatal de Bellas Artes, cuyo horario de atención es de 15:00 a 21:00 horas, el CEBA se encuentra ubicado en la Av. Itzáes No. 501 C entre 59 y 65 Mérida, Yucatán. El teléfono es el 9 24 03 69 y el E-mail para cualquier informe es: creacionliteraria.bellasartesyuc@yahoo.com.mx.

También puede consultar el blog de la Escuela de Creación Literaria del Centro Estatal de Bellas Artes http://bellasartescreacionliterariayucatan.blogspot.com/, para que pueda mirar un poco más de cerca en lo que se está trabajando.

Esta es una oportunidad para abordar el camino de la palabra y encontrar en la literatura un oficio que puede ser para toda la vida.


publicado en POR ESTO! en agosto de 2009.

El transporte público: Apuntes de un escribidor

El alza de un peso al boleto de adultos en el pasaje del transporte público, que se empezó a aplicar a partir del pasado domingo, es un golpe discreto que tiene la intención de cubrir temporalmente una exigencia de los concesionarios, mas estos no han quedado conformes ya que han declarado que el próximo año pedirán una revisión con el fin de aumentar de nuevo las tarifas.

El problema es complejo y requiere de un trabajo serio para no tener que llegar a la necesidad de tener que pagar 10 pesos para trasladarse de un lugar a otro o 20 para quienes requieren tomar otro autobús para llegar a su destino.

De entrada, hay que revisar que los choferes entreguen el boleto que se les está pagando, muchos de ellos no lo hacen, causándole pérdidas al concesionario y si se les exige casi te quieren bajar del autobús. Para eso existen inspectores, dirán, pero muchos de estos no cumplen su labor, ya que o son amigos de los choferes y por eso mismo pasan por alto las negligencias o simplemente llenan su informe para terminar rápido con su “trabajo”.

De ahí que sea de importancia hacer algo con este problema, ya que no ha habido una campaña para concientizar a la gente de la importancia del boleto, ya que además que funciona como un seguro para exigir algún tipo de indemnización o ayuda de gastos médicos en caso de accidente, también es lo que representa las ganancias de los concesionarios, por lo que la cultura de “no me dé boleto, bajo aquí cerca” es dañina y contraproducente.

De ahí que se piense en las tarjetas de prepago o si lo que necesitan es generar más ingresos, entonces que recurran a la publicidad en los boletos o en el interior de las unidades, pero en vez de que se pongan a pensar en soluciones, las empresas de transporte exigen la solución más fácil, que se le cargue el “muerto” al usuario.

Así como éste los problemas son muchos, desde las malas condiciones de las unidades hasta la falta de revisión de las concesiones, ya que las empresas de transporte no impiden que sus choferes hagan lo que quieran en las calles, ya que hagan lo que hagan su concesión no peligra.

La competencia genera bajos costos y obliga a tener más consideración para con el usuario. El problema es que se monopolizan estos permisos y no se les exige que trabajen en condiciones que beneficien a la sociedad, ahora sí como dicen por ahí: “muy bueno para exigir, pero muy malo para cumplir”.

El problema aquí afecta directamente a la clase media, un trabajador de cualquier plaza comercial o de una transnacional, gana aproximadamente 800 pesos a la semana, si a eso le restamos 24 pesos al día, debido a que muchos se ven en la necesidad de tomar dos camiones, el sueldo neto quedaría en 656 pesos, si a eso le restamos 6.50 de un refresco o una botella de agua (ya que en estos tiempos ni el agua se regala) al día, el sueldo quedaría en 617 pesos.

En su día de descanso, este trabajador tendrá que quedarse en casa para no gastar 31.50 de más entre pasajes y ese refresco, lo que haría que su sueldo se redujera a 585.50 pesos.

Ese trabajador, si tiene dos hijos en la secundaria también gastará en sus pasajes, al menos 12 pesos al día en los dos, lo que reduce aún más su ya raquítico sueldo. Y es que no estamos pensando que además de comer, esta familia también tiene que pagar gastos como luz, agua, teléfono y gas.

Cierto es que si la madre trabaja el ingreso se duplica, pero también se le restan los gastos de agua y transporte. De ahí que el alza de un peso por nimia que la quieran hacer parecer es sumamente trágica para los trabajadores, se habla de subsidios para la clase más desprotegida, pero cómo se manejarán estos, de entrada desde hace dos días se les cargó la mano a los jefes de familia y a otros adultos o jóvenes que no estudian y tampoco son profesionistas, a los estudiantes no se les aumentó la tarifa para que no protesten.

Ahora los adultos, ¿cómo protestaran?, ya que si no trabajan no comen…y lo peor es que ya está anunciado, el próximo año se pedirá otro aumento en las tarifas, de ahí que sea necesario prestar atención a este tema, estar en la disposición de resolverlo desde los problemas de base, porque lo más necesario para vivir sube considerablemente mientras que los salarios no.

Adiós a las vegas y los deseos de morir: Apuntes de un escribidor

En 1996 mis padres veían una película a la cual no le presté mucha atención y que se llamaba Adiós a las Vegas, protagonizada por Nicolas Cage y Elisabeth Shue. En el año 2000 la volví a ver y caí en la cuenta que estaba ante una obra de arte, ante uno de esos productos en los que no puedes dejar de pensar lo que ha pasado, aún que pase mucho tiempo.

La película fue dirigida por Mike Figgis en el año de 1995 y una cosa que siempre me ha gustado hacer, es saber en qué novela se basó el guionista para el filme, eso ha hecho que haya leído unos muy buenos libros. En los créditos supe que el guión se hizo a partir de la novela de John O'Brien

En el 2003, en una visita que hice a la biblioteca central de la UADY, encontré por casualidad una versión traducida de la novela y editada por Oceano. La empecé a leer y en una visita siguiente la terminé, la novela me impactó aún más.

Ben Sanderson es un joven guionista de Hollywood cuyos problemas con la bebida provocan su retiro, su jefe lo aprecia pero se da cuenta que los problemas de Ben son muy graves. A Ben no le preocupa esto, sólo le interesa beber, vive para eso, espera pacientemente todas las mañanas que el servicio de alcohol inicie en los bares, pero antes de que eso pase va a su casa, ya que se ha dotado de infinidad de bebidas, porque su mayor temor es quedarse sin el vital líquido.

Ben es despedido en su empleo e indemnizado con una buena cantidad de dinero. Antes tuvo algo parecido a una vida, una esposa, pero todo se acabó, la vida tiene que seguir y entonces elabora un plan: Se irá a las Vegas, el lugar perfecto en donde el alcohol se distribuye a todas horas sin importar el día. Con el dinero que le han dado y con lo que sacó de la venta de todas sus cosas se va a las Vegas a beber hasta morir, pero ese morir es en serio, la mejor manera de suicidarse para Ben es bebiendo.

Sera es la coprotagonista de esta historia, es una prostituta que ha soportado los golpes de la vida (nos referimos al abuso físico del padrote y los clientes, riesgo que corre por su actividad) pero sin embargo lo último que haría es dejar su fuente de ingresos. Vive así, así le gusta vivir, no es aquella mujer que como se diría “a ver si después de esto se aquieta”, no. Vive bajo el dominio de su proxeneta, del que ha huido pero con el que se ha reencontrado. Por una deuda, el proxeneta es asesinado, así que Sera no sabe qué hacer, las cosas han cambiado de forma repentina, caminando por las Vegas conoce a Ben, ¿se enamoran?

Ben y Sera comienzan a vivir juntos por aquella extraña atracción que a veces tienen las personas autodestructivas, sin embargo Ben le dice a Sera que las cosas serán muy difíciles, ya que él día a día se descompone a causa del alcohol, pues es lo que quiere, le hace prometer a Sera que nunca, nunca, le pida que deje de beber o haga algo para que deje de hacerlo.

Esta no es una historia en el que el poder del amor redime a los hombres. Ben deja que Sera se siga prostituyendo ya que es lo que quiere y Sera deja que Ben se siga matando con el alcohol porque así lo ha decidido. Es una obra amoral en donde las raíces profundas que llevan a los personajes a comportarse así no están en lo que les pasó hace mucho tiempo, sino en cómo están viendo el presente. Ejemplo de esto es cuando Sera le pregunta a Ben por qué se quiere matar y él le responde: «No me acuerdo. Sólo sé que quiero morir».

Esta es una novela llena de humanidad, conmovedora, cruda, la pasión y la mente del hombre no tiene límites, por lo que la tarea del escritor es adentrarse en los rincones más profundos de la mente humana.

John O'Brien fue un gran lector desde la infancia, sus problemas con el alcohol y su vida autodestructiva hizo que todos dijeran que la novela era una autobiografía, cosa que él negaba, pero alguna vez confesó que partes del texto eran ciertas.

Su familia y amigos pensaron que el éxito de su primera novela (Living las Vegas) lo salvaría de la autodestrucción, pero no fue así, antes de concretarse la película se pegó un tiro, dejó una segunda novela y una tercera que terminó su hermana. John O'Brien se ha ganado un lugar en la literatura de los Estados Unidos, es uno de esos casos en que vida y obra van de la mano.

(O'Brien, John. “Adiós a las vegas”. Editorial Oceano/ Muchnik. México, 2001. Pp 186)

Ahora resulta que la culpa es nuestra: Apuntes de un escribidor

Hay un desdén por aquellas personas que levantan la voz para cuestionar los mecanismos de poder y las decisiones que los de arriba toman para llevar las riendas de la institución a la que están inscritos. Se dice que estas personas son unos revoltosos, unos inconformes y que en vez de ayudar a la institución y al país sólo los perjudican, aunque la verdad es que a quienes perjudican son a los que cobran grandes sueldos y no quieren que se les exija resultados.

El que “administra” el país de forma ilegítima, señaló al inaugurar el Foro Invest México en Santa Fe que "hablar mal del país es para muchos no sólo un esfuerzo cotidiano sino que hasta de eso viven", lo que deja en claro que esta referencia es para los medios de comunicación críticos, para los artistas, intelectuales y científicos que no se tragan el cuento de que todo está bien. Aunque muchos vivimos de hablar, escribir y enseñar, pero lo que se quisiera es hablar, escribir y enseñar otra realidad y los proyectos que se están gestando para nuestro avance y desarrollo, mismos que no hay o que sólo benefician a los amigos (muchos de ellos incapaces para cumplir la función que se les asigna) y a un sector empresarial. Que no se piense que se critica por oportunista, se critica por lo que se vive y es visible.

La frase anterior que dijo Calderón no está dirigida a la clase política, porque ésta ha demostrado que no importa creerse la simulación en la que vivimos con tal de seguir ganando lo que ganan, porque se trabaja más en maquillar con cifras, estadísticas y encuestas que apuntalar todas las energías en el desarrollo del país y en todas sus áreas.

Con el cinismo que lo caracteriza, mismo que hizo que no se inmutara al usurpar la presidencia de la República, señaló que el desarrollo para el país llegará cuando: "los mexicanos nos decidamos, todos, a hablar con objetividad y con claridad de las cosas buenas".

Hay que pensar que detenerse en las cosas buenas es perder tiempo, a lo que me refiero es que no se puede estar viviendo de unos cuantos logros y dejar en el olvido la cantidad de errores, compromisos y asuntos pendientes, ya que lo importante es trabajar en lo que está mal, puesto que el camino es largo y los problemas de fondo son muchos.

No podemos funcionar como lo hacen muchos libros fraudulentos de superación personal, en los que te señalan que con fe y echándole ganas todo es posible. Si quieres conseguir empelo basta con que seas entusiasta y salgas a buscarlo con la mejor sonrisa y gracias a esta actitud positiva podrás lograrlo, versa el libro, pero el mismo no te habla de las condiciones adversas, de la crisis, de la falta de apoyo en el desarrollo social, de que el dinero destinado al campo sirve para ampliar las casas de políticos y narcos y tal vez pagarles a sus niñeras, jardineros, amas de llaves etc. No lo dicen. Lo que deriva en que la entusiasta y positiva sonrisa se transforme en desdén, rencor, odio u apatía a partir de la realidad.

Todos queremos ver bien a este país, pero también queremos ver que la institución que se encarga del desarrollo de lo que se trabaja (ya sea cultura, ciencia, educación, salud, etc.) cumpla con su trabajo y sus obligaciones.

No es ser radical, anárquico o que a uno le guste llevar la contraria, es que por dignidad, congruencia y salud mental se tiene que levantar la voz ante estas cosas. Cierto es que hay personas que ejercen un oficio y no les interesa en lo más mínimo, se dicen artistas, profesores, médicos, promotores culturales, científicos, etc., pero lo último que les interesa es su desarrollo profesional y la calidad de lo que hacen, lo que les interesa es completar a seis recamaras su casa durante el sexenio en el que los llamaron y pagar deudas pendientes, pero hay otros que están comprometidos y creen en lo que hacen, pero si levantan la voz los marginan, los señalan y lo peor de todo es que los destituyen del pequeño cargo que antes tenían.

Calderón dio cifras para demostrar que este país no es violento, aunque nunca saldrá a la calle solo para corroborar sus estadísticas, otros funcionarios de otras áreas no hacen nada por el arte, la educación, la ciencia, la cultura y la salud porque en realidad no ejercen, por lo mismo no les interesa abrir los caminos para el desarrollo de su gremio y que se esté en continua renovación. Cuando algo anda mal es porque se les tiró la “mala vibra”, aunque mejor, que el espurio y toda la gente del país que está en funciones se ponga a trabajar, porque la culpa la tiene no el que los critica, sino el que da pie para que la crítica salga a flote.

Ni el sol ni la muerte pueden mirarse de frente: Sobre la dramaturgia necesaria

“Tutor: No hay lágrimas en tus ojos

Cadmo: No soy de los que lloran.

Para llorar se requiere plenitud

Y el mundo está vacío”.


La editorial Jus y la Compañía Nacional de Teatro, ponen al alcance de los lectores la colección Cuadernos de repertorio, mismo que tiene como fin ofrecer al público las obras que la compañía lleva a escena. Hasta ahora se han editado cuatro números: “Pascua” de August Strindberg, “Edip en Colofón” de Flavio Gonzáles Mello, “Ser es ser visto” de Luis de Tavira y Stefanie Weiss y “Ni el sol ni la muerte pueden mirarse de frente” del libanés-franco-canadiense Wajdi Mouawad y del cual hablaremos en esta ocasión.

El autor define su idea del teatro de la siguiente forma: “En un mundo occidental donde reina una creciente irresponsabilidad ante las palabras y los símbolos, el teatro puede, como cualquier otra forma de belleza, volverse un espacio donde el despertar aún es posible, donde todavía está permitido escapar, juntos, espectadores y actores, de la somnolencia de lo cotidiano: intentar despertarnos de nuestra vida adormecida”.

Mouawad nació en Líbano, a causa de la guerra civil su familia tuvo que emigrar a Francia, debido a que no le otorgaron la residencia se estableció en Canadá, donde obtuvo el reconocimiento tanto nacional como internacional por sus obras.

La guerra, el exilio y la muerte son temas fundamentales en su teatro, así como esa relación y pertenencia a oriente y occidente. Como señaló en una entrevista que le hiciera Jean-Francois Coté: “La vida me dijo: ¡exilio, guerra, muerte! Hoy le respondo: ¡Teatro!

Este año, en el Festival de Aviñón, el director y dramaturgo presentó su monumental trilogía: “Litoral”, “Incendios” y “Bosques”, la cual tuvo una duración de 12 horas, esta epopeya escénica atrajo al público pero sobre todo se hizo una pequeña retrospectiva del alcance de su escritura dramática, ya que litoral se escribió en 1997 y días después a este festival se presentó la obra “Cielos”, por lo que ahora estas obras forman una tetralogía a la cual tituló: “La sangre de las promesas”.

Las apuestas estructurales y recursos de los que se vale el autor nos dejan ver la capacidad de jugar con los géneros literarios, dentro de una visión postmoderna y a la vez postdramática, Mouawad propone en “Ni el sol ni la muerte pueden mirarse de frente”, tres episodios de un gran relato que retoma la tragedia griega: Cadmo, Edipo y Layo.

De cómo el pueblo de Cadmo sucumbe después del secuestro de Europa y el padre hace morir a los hermanos al iniciar la guerra: ojo por ojo y diente por diente, matanzas, violaciones, saqueos, incendios, la historia de la humanidad que se irá construyendo de forma circular, para concluir con que no hay dioses, sólo hombres.

Cadmo funda Tebas a sabiendas que la destrucción de su nuevo pueblo será inevitable. De ahí pasamos a la historia de Layo y luego a la de Edipo, la traición, las malas decisiones y los impulsos de un rey nos dejan ver cómo es el hombre que destruye a los pueblos y no los oráculos ni los designios divinos.

Esta tragedia moderna de gran manufactura está escrita a manera de versos y a pesar de utilizar a personajes de la tragedia griega, se torna en una metáfora de nuestro siglo: Edipo: Ni el sol ni la muerte/ Pueden mirase/ Cara a cara/ Sin que la cara arda/ Sin que el sol se apague…Hombres con cabeza de toro/ Desembarcaron en esta playa/ Para raptar a una mujer de espléndida cabellera/ Europa hermana de Cadmo fundador de la ciudad/ Europa cuya desaparición marcó para mi pueblo/ El inicio de la gran catástrofe/ Que arrancó a los hombres de su ceguera/ Para estamparlos contra el deslumbrante muro de la relevación./ A todos a los que aún quieren/ Lanzar esta historia al fuego/ Nosotros lo impediremos/ Nosotros lo impediremos (la última frase se repite otras nueve veces).

(Mouawad, Wajdi. “Ni el sol ni la muerte pueden mirarse de frente”; Tr. Esther Seligson. Editorial Jus/Compañía Nacional de Teatro. México 2009. Pp. 192)

Mujeres soñaron caballos: Sobre la dramaturgia necesaria

“Rainer, por favor que sólo tengo una escena. Es una mujer en una habitación. Terminó de cometer un crimen. No se ve el crimen. Se tiene que intuir en su mirada”.

Ulrika. Escena 1.


Daniel Veronese es uno de los representantes más importantes de la dramaturgia argentina actual, reconocido a nivel mundial por sus piezas dramáticas y su trabajo de dirección de actores en los que ha llevado a éstos a los límites de la exploración escénica con su muy particular visión del drama, Veronese dirigió “Mujeres soñaron caballos”, texto que se encuentra en el libro “La deriva”, editado por AH y que se presentó en el teatro “El Galeón” hasta el pasado mes de junio.

Seis personajes, tres matrimonios, tres hermanos, tres mujeres que llevan diferentes tipos de violencia consigo y asumen una contrastante mirada de la vida, se reúnen para almorzar en casa de Iván y Lucera (el hermano mayor y la más joven de las mujeres). Durante la reunión se irán revelando tanto los secretos, así como las relaciones conflictivas de los personajes.

Una dramaturgia compleja, poco convencional, en el que se nos plantean más preguntas que respuestas, en la que el dramaturgo ha logrado crear una tensión en el aire y en los rincones de un reducido departamento en el que se desarrolla el almuerzo. El final trágico se huele, hiede, hiere al transcurrir la acción, el lector está esperando algo que se está oliendo desde el principio, algo más que la revelación de todas las cosas. No hay salida, los personajes se van encerrando en sus propias pasiones, sin remedio explotan.

Veronese nos da a partir de detalles o situaciones, aparentemente insignificantes, las premisas que componen el universo que ha querido construir, en donde una habitación nos da cuenta del encierro, la falta de esperanza, la desilusión de que nunca más podrá escapar.

Lucera quiere irse del aparente hogar, sabe que no pertenece ahí, pero también quiere saber de su pasado, qué sucedió. Lucera es una mente en blanco, a quien sólo le han contado una parte de su historia: “Iván, mi marido, dice que me encontró en un descampado de la provincia de Córdova. Yo no tenía ni un año de edad. Que metros más adelante encontraron desbarrancados, los restos de un sulky, el cuerpo del caballo y dos cuerpos humanos que corresponderían a mis padres. Todo daba a entender que el caballo se lanzó al vacío enloquecido y mis padres, por suerte para mi, pudieron empujarme fuera del carro antes de la caída”.

El matrimonio compuesto por Roger y Betina (el menor de los hermanos y la mayor de las mujeres) discute continuamente, los pretextos saltan a la vista, lo que más (aparentemente) hiere a Betina es que Roger haya arrojado al pony (regalo del hermano mediano Reiner) a un pozo, mientras tanto, Roger está muriendo de un coágulo cerebral, cosa que los otros hermanos saben, mas no él.

Reiner y Ulrika conforman el tercer matrimonio, Reiner anuncia antes del almuerzo la quiebra de la empresa familiar y Ulrika mientras tanto, conforma este grupo de enfermos terminales por la violencia… que se refleja a través de los actos más cotidianos.

Parte del sentido de la obra, se refleja simbólicamente desde el inicio. Desde el tercer diálogo, Veronese plantea las reglas del juego, cuando Ulrika, habla del guión de cine que está escribiendo y del cual sólo lleva una escena: “Se asoma al exterior. El día es asoleado. Afuera un desfile: un grupo de policías ecuestres sobre sus caballos marrones. Los jinetes saludan con las gorras hacia la ventana de la mujer. Sudor en los caballos, el cuero recalentado de las monturas, los dientes de los jinetes y los caballos apretados al sol.”

“El hecho es que esos hombres profundamente asesinos y marcados por la violencia que deben ejercer se vuelven, para la mujer que los está mirando, personas confiables y queribles. La mujer siente deseos de ellos, deseos de aparearse con ellos, hablo de esa mujer que está presenciando esa escena muda y casi real. Irreal, digo, por lo estática de la posición de los jinetes, sobre todo si tomamos en cuenta que los caballos están en marcha”.

La dramaturgia de Veronese tiene que leerse con esos ojos atentos, ya que todo lo que le ocurre a los personajes se refleja en lo valioso que es el lenguaje, en sus pequeñas manías y obsesiones. No pidamos pues que se nos cuente a detalle toda la historia, algunas cosas no se llegarán a saber, lo que hace que la atmósfera de la acción se torne aún más amenazante, las cosas se van develando poco a poco, la pragmatización de la palabra y los recursos de una violencia a veces pasiva, a veces exacerbada son los componentes de esta magistral obra, que nos habla sobre todo de las relaciones humanas dentro de lo cotidiano.

Dramaturgo, director de teatro, actor y titiritero, Daniel Veronese nació en 1955 en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, Argentina. Sus textos dramáticos se encuentran en el libro “Cuerpo de prueba”, volumen de catorce obras y “La deriva” que contiene siete. Entre ellas figuran “Crónica de la caída de uno de los hombres de ella”, “Del maravilloso mundo de los animales: conversación nocturna”, “Luz de mañana en un traje marrón”, “Luisa, Señoritas porteñas”, “Formas de hablar de las madres de los mineros mientras esperan que sus hijos salgan a la superficie”, “Unos viajeros se mueren”, “Sueño de gato”, entre otras.

(Veronese, Daniel. “Mujeres sonaron caballos” en “La deriva”. Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires 2005. Pp. 315.)

martes, 6 de abril de 2010

El teatro, crueldad de lo efímero y su permanencia en la memoria: Sobre las artes escénicas

Tan sólo un instante, tan efímero, tan fugaz. . . Y tan eterno al mismo tiempo

Rafael Hernampérez


Una obra de teatro tiene una duración aproximada de entre una y dos horas (aunque hay muchísimas excepciones que sobrepasan estos tiempos), su vida en cartelera muchas veces es de 100 funciones, aunque en casos extraordinarios se llegan a las 500 o a las 5000, en nuestra localidad muchas veces se llevan a escena obras que sólo tienen como fin 2 presentaciones o que en su defecto, por la falta de apoyo institucional sólo salen a luz unas cuatro veces (2 por año), por lo mismo, considero importante asistir al encuentro con la escena.

Porque ante todo, una obra de teatro es única e irrepetible, diferente cada vez que se presenta, nunca podrá ser la misma, ya que los que se encargan de darle vida son seres que al igual que el espectáculo, todos los días se renuevan o envejecen.

El teatro es diferente a las películas o a la televisión, ya que esos soportes son registros permanentes, el actor de una película dirá lo mismo, de la misma forma y con la misma actitud, ya que la escena se grabó en un momento particular de actuación. En cambio en el teatro un actor dirá lo mismo, pero las circunstancias tanto escénicas como de vida serán diferentes, por lo que es un espectáculo aparte.

Existen obras que se han hecho míticas en la historia del teatro mexicano, y que por diversas circunstancias muchos no pudimos ver, como “De la Calle” de Jesús González Dávila, dirigida por Julio Castillo o “Cuarteto” de Müller, dirigida por Ludwig Margules. Estas obras son ya inalcanzables y no es lo mismo ver una obra de teatro en video, ya que la esencia de vida no es la misma, sólo aspiramos entonces a leer las reseñas o a lo mucho una bitácora de trabajo que se haya publicado sobre esos trabajos. ¿Cuántas joyas invaluables entonces no seremos capaces de ver?

Cruel y efímero es este oficio, ya que si no tuviste la oportunidad de ver cierta puesta en escena, entonces sólo te la podrán contar. A pesar de que existe un registro permanente y escrito de cada obra (su dramaturgia), no hay que olvidar que tanto la actuación, escenotecnia y dirección son actos de creación, por lo mismo el ser partícipe de una misma dramaturgia, no es garantía de un buen espectáculo. Ese mismo “Cuarteto” de Müller que hemos mencionado, en manos de otros podría pasar de lo sublime a lo grotesco.

De ahí que ir al teatro sea un acto de especulación, ya que algunas veces nos encontraremos con esa partitura de acción que cambiará nuestra vida, con aquel gesto del actor que nunca se olvidará o aquella música que nos remite al rincón más íntimo del alma. Cierto es, que también podremos encontrar un espectáculo que puede llevarnos sólo a la desilusión, ¿cuántas veces no nos ha pasado?

Aunque de lo efímero nace lo eterno, una sola acción puede cambiarnos, pero eso es muy personal, no esperemos entonces que la televisión nos recomiende la cartelera, muchas veces la televisión sólo quiere que vayamos a lo que producen, por lo general carente de reflexión y crítica. Hay que asumir el riesgo de ser espectador, acudir al teatro para ser partícipe de la vida y el creador tiene que tener también la conciencia clara de que se está en un duelo a muerte, porque será una o dos horas de intensidad, será una o dos horas en el que nos veremos las caras, y ambos, tanto espectador como actor, tendrán que estar alerta, ser sinceros, porque lo efímero termina siendo lo que permanece.

La vaca que se creía mariposa: Apuntes de un escribidor

Emilio Ángel Lome ha publicado más de cuarenta libros y materiales didácticos para editoriales como Santillana, Porrúa, Alfaguara y Libros del Rincón de la SEP, su trabajo para niños ha sido muy elogiado y aceptado, tanto por la crítica como por el público infantil.

En esta ocasión quisiera hablar de uno de sus títulos editados por Corunda y Conaculta dentro de la colección “El sueño del dragón”, nos referimos a “La vaca que se creía mariposa”:

“Tras un sueño sabroso y colorido/ salpicado de ronquidos y mugidos/ cierto día una vaca fantasiosa/ despertó creyéndose mariposa”.

“Dando un brinco saltó de la cama,/ se quitó a toda prisa la pijama,/ y se hizo muy quitada de la pena/ unas alas de papel y unas antenas”.

Ahora que me encuentro elaborando un prólogo para el CONAFE, precisamente de un libro de poesía para niños, fue que me interesó hablar de este tema. No erremos en pensar que una poética para niños tiene que ser necesariamente rima o un lenguaje obvio, como si el niño no fuera capaz de entender de metáforas e imágenes, porque hay que aceptar que nosotros estamos en desventaja a comparación de un niño, ya que él tiene la capacidad de imaginar, muy superior a la de nosotros, para ellos el juego es una realidad, mientras que para nosotros se torna en una mentira, ya que hemos adquirido la idea de no perder el tiempo en “jueguitos”, cosa que nos limita.

“Simulando que volaba fue a buscar/ una tímida flor donde posar/ Caminó algunos minutos, y al fin/ encontró un bellísimo jardín”.

“Allá voy”, gritó la vaca jubilosa,/ queriéndose posar sobre una rosa;/ pero en vez de aterrizar suavemente/ como bulto cayó estruendosamente”.

“Sin ser exagerado te diré/ que el jardín terminó hecho puré;/ mas la vaca no se dio por enterada,/ y fue en busca de otra flor como si nada.

En este cuento-poético-teatral que se elabora a base de rima y cuartetos, nos encontramos con lo que le ha dado vida a la historia de la humanidad: los sueños. Una vaca despierta creyéndose mariposa, lo que provoca la furia de la sociedad que ha dicho que cada quien tiene un rol establecido y no se puede salir de él. La vaca es llevada a un psiquiatra para poder curar su “mal”, sometiéndola al orden establecido, el final y la decisión de la vaca de ser quien quiere ser nos remite a que los sueños son posibles y nos recuerda que las grandes cosas sólo se logran siendo diferente.

“Sin jardines la ciudad iba quedando,/ pues la vaca sobre todos fue brincando./ “¡Hagan algo!”, vociferaba la gente,/ “¡Esa vaca saltarina está demente!”.

“Muy molestos comentaban los vecinos:/ “¡Basta ya de semejantes desatinos!/ Esa vaca se está pasando de viva./ ¡Mandémosla a una terapia intensiva!”.

Consulte este libro, puede acceder a él en las Salas de Lectura de Yucatán que trabajan con niños, o puede preguntar a la coordinación operativa de dicho programa, ingresando a http://salasdelecturaenyucatan.blogspot.com/

Emilio Ángel Lome Cursó la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, estudió un Diplomado en Literatura Infantil y Filosofía para Niños y una especialidad en Desarrollo de la creatividad en la Universidad Iberoamericana, Campus Santa Fe. También estudió la especialidad en pedagogía teatral en el Instituto Nacional de Bellas Artes. Escritor y conferencista internacional de las editoriales Santillana y Alfaguara Infantil y Juvenil. Tallerista y capacitador del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y asesor de proyectos educativos y creador de materiales didácticos.

(Lome, Emilio Ángel. “La vaca que se creía mariposa”. Ilustraciones de Luis San Vicente. Editorial Corunda/Concaulta, México, D.F., 2003. Pp. 23.)

Hay derechos que se tornan inhumanos: Apuntes de un escribidor

“Cuando el gobierno ve a un ecologista jugarse la vida por un huevo de halcón, ve en él un héroe, y cuando ve a un pro-vida en la puerta de una clínica abortista, ve en él a un fanático”.



Al menos así deberían ver los gobiernos. Legislar contra el aborto es un tema serio, mismo que no puede ser aprobado al vapor, ya que se tienen que discutir las diversas causas del fenómeno.

Hay una irresponsabilidad que viene desde la “administración” federal de tomar decisiones precipitadas y erradas con el argumento de proteger la vida (la guerra contra el narco es un ejemplo de estas erradas decisiones y que en vez de proteger a nuestros hijos de la droga, sólo los ha expuesto a la muerte), parece ser que nuestra legislatura ha sido contagiado de ese mal que es el que ahora afecta considerablemente al país.

Hablar del aborto es fijar una postura, no moral, sino humanitaria. Esta gente “pro-vida” que argumenta su discurso en base a la razón divina, habla de proteger la vida desde su concepción, mas no en su desarrollo. Por lo general piensan que todas las personas tienen resueltos sus problemas de alimentación, salud, trabajo y educación, que viven en las mismas condiciones, desde aquí el principio de la ceguera.

Muchas personas, sólo por ocio, compran un perro u otro animal, al principio los cuidan y después de que se les pasó el “gusto” lo desechan, ¿cuántas mascotas no son abandonadas?. Si se pide un respeto a la vida, lo que se debiera de legislar es que a estos niños que se “protege” les den un psicólogo (muchas veces el no tener padre repercute), alimentación, educación, es decir, una vida digna, cosa que es impensable “porque eso cuesta” y “además, no hemos pensado en eso”. El problema es que los famosos “pro-vida” hieden a doble moral, ya que su aparente protección se reduce a elevar el número de pobres del país a costa de lo que sea. “Hay que cuidar que nazcan con vida, después que se las arreglen como puedan”, parece que reza su discurso.

Muchas mujeres han perdido la vida a causa de un aborto mal realizado. Por ejemplo, una joven cuyo nivel educativo es el básico y con una carente educación sexual tuvo un embarazo no deseado. El problema es que si su padre se entera la va a matar, por ello esconde su estado, el día del parto secretamente da a luz, en condiciones insalubres y en un terreno baldío, como no oye al niño llorar piensa que está muerto y entonces lo entierra. El hecho se descubre, la joven va a la cárcel por homicidio y otras causales, vidas arruinadas y una mujer que desde el principio fue víctima de la persecución y el miedo.

Aunque también se podrá argumentar que aquella mujer tuvo 9 meses para pensar qué hacer con la criatura en vez de enterrarla, pero cuando tienes un grave problema de vida o muerte, muchas veces prefieres no pensar y actuar instintivamente. La decisión de la mujer debería ser sólo de la mujer, se evitarían problemas.

También existe el complejo del “semental”, hombres que de cama en cama tienen diversidad de hijos con diferentes mujeres. Hombres que instalan una “sucursal” cada tres años. Cuando este hombre se va es la mujer quien tendrá que llevar la carga, en primera el cómo explicar la ausencia del padre, también hay que tomar en cuenta el nivel socioeconómico y la cantidad de hijos: Entonces ¿por qué no dejarla decidir?

Otro argumento pro-vida o muy al estilo de la doble moral que caracteriza a los represores, es que si ya hiciste tu “chistecito” o “caíste en pecado”, entonces aguántate y asume las consecuencias. Aunque lo que habría que pedirle a este sector, es que se pongan a protestar contra el bombardeo mediático que existe en torno al sexo, desde las 10 de la mañana se tiene acceso a información e imágenes que tienen como incentivo lo “sexual”. Pero si se protesta contra el negocio de la carne, se protestaría entonces contra todos los empresarios que lucran con eso, mismos que financian a estos grupos o a los que pertenecen. Las posibilidades tecnológicas y comunicativas de este siglo ha hecho que la cosmovisión en cuanto a lo sexual tome otras connotaciones y denotaciones, el tema es por sí mismo muy complejo.

Ante esto, lo que hay que hacer no es retroceder, sino ir hacia delante de acuerdo a la nueva conformación del mundo. El hecho de pensar diferente no es signo de condena. En el metro de la ciudad de México hay carteles donde se lee los pasos a seguir en caso de querer interrumpir un embarazo. También hay clínicas que ofrecen estos servicios de forma particular, posiblemente esto para una persona de mentalidad muy cerrada es obra del diablo, pero yo creo que simplemente es el resultado de que estamos en un nuevo siglo, donde las cosas son muy complejas, así que no se puede simplemente levantar la mano para aprobar algo al vapor, con la firme idea de que entonces Dios me perdonará por todas mis “tranzas”, les pagan mucho a los legisladores, entonces tendría que haber seriedad.

El Tigre Rojo de Emilio Carballido: Sobre la dramaturgia necesaria

"Alvarado: El peor enemigo no son los hacendados.

Felipe (Sorprendido): Ajá… ¿Y quién?Alvarado: Nosotros. La corrupción. Una cadena evasiva y tenaz que tiene una tradición muy larga…la corrupción parece no tener fin. Se filtra en todo y además aparecen los amigos y parientes de los funcionarios a ocupar los puestos que no deben".


“El Tigre Rojo” es una dramaturgia para cine que escribió el mexicano Emilio Carballido y que fue editada por la Universidad Autónoma de Yucatán, este texto nos habla de la vida y obra de Felipe Carrillo Puerto, el máximo líder socialista de la península de Yucatán si no es que de todo México.

Con ese oficio para ficcionalizar que caracteriza el trabajo de Carballido, “El Tigre Rojo” seduce, ya que nos cuenta la evolución como hombre, político y líder del llamado “Dragón de los ojos verdes”. Este drama cinematográfico está dividido en una Introducción, y tres partes que son: Salvador Alvarado, Alma y Xibalbá.

En la primera parte se cuenta la relación entre Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto. Cada episodio de la vida de Felipe Carrillo, Carballido lo dramatiza y le da esa parte humana. El autor nos construye a un héroe a la altura de Cristo o Gandhi (que también es silenciado por el poder oligárquico que nunca dejará que los de abajo emerjan), claro, esto sin apologizar, sino que por el contrario, es la humanidad y sobre todo los errores lo que provocan la caída de nuestro héroe.

El capítulo “Alma”, se refiere obviamente a su relación con Alma Reed, periodista del New York Times y a cómo Felipe asumió el gobierno de Yucatán, es en este capítulo cuando Carrillo Puerto se da cuenta que no puede con el peso de la corrupción de su familia, que se apropia del Estado como antes lo habían hecho los dueños de las haciendas.

El tercer capítulo es el descenso al infierno, las traiciones y los levantamientos. El delirio de poder de De la Huerta que tuvo como fin la caída del hombre que ha dado uno de los ejemplos más loables de justicia social y altura moral.

En esta obra podemos ver capítulos sublimes de la historia de Yucatán, como la toma de posesión de Carrillo Puerto y su primer discurso en maya, la fundación de la Universidad, la voz del líder que vino a liberar al pueblo maya para su renacimiento y las referencias de personajes, calles y lugares que nos son muy familiares.

Esta obra no se me hace necesaria porque hable de Yucatán o un personaje yucateco, sino porque está hablando del mundo en el que vivimos ahora: lleno de explotación e injusticia, donde un alcalde gana 100 mil pesos al mes, mientras que un trabajador del campo gana hasta 1400 pesos, casi el uno por ciento de ese injusto salario.

Esta obra es necesaria porque enciende la llama de un ideal, de una lucha a la que se quiere dar por abolida, en la que se tiene que descender para después, aún pasado mucho tiempo, renacer en el esplendor de la calma.

Emilio Carballido nació en Córdoba, Veracruz (1925). Dramaturgo y narrador mexicano. Estudió en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, especializándose en Letras Inglesas y en arte dramático.

Emilio Carballido se ha dedicado también a escribir guiones cinematográficos, entre los que sobresale el de Macario, película dirigida por Roberto Gavaldón y que fue nominada a un Oscar como la mejor película en habla no inglesa.

Como dramaturgo se dio a conocer en 1950 con la pieza Rosalba y los llaveros, dirigida por Salvador Novo. Ese mismo año recibió la beca otorgada por el Instituto Rockefeller, y en 1955 la del Centro Mexicano de Escritores. Escribió alrededor de 150 trabajos para la escena. Murió en el año 2008.

(Carballido, Emilio. “El Tigre Rojo: Drama cinematográfico”. Universidad Autónoma de Yucatán. Mérida, Yucatán, 2000. Pp.149)

Víctor Hugo Rascón Banda: Sobre las artes escénicas

El 31 de agosto del año pasado falleció el dramaturgo, escritor, maestro y abogado Víctor Hugo Rascón Banda, entonces presidente de la Sociedad General de Escritores Mexicanos (SOGEM) y de recién ingreso como Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua. La noticia causó consternación, a pesar de que era inminente, ya que Rascón padecía una leucemia que se le detectó 15 años atrás, lo que lo orilló a escribir el libro “¿Por qué a mí? Diario de un condenado”, en el que habla del desafuero, el Congreso y el cáncer en el que está inmerso.

Rascón Banda es un clásico y una pieza fundamental dentro del Teatro Mexicano, fue el primer teatrero de nuestro país en promulgar el mensaje por el Día Mundial del Teatro, pero sobre todo fue un defensor del arte y los artistas. Gracias a él se encontraron mecanismos para que la obra del creador tuviera una remuneración económica, ya que se ha pensado que una lectura de poesía, una presentación de libro o una conferencia no era necesario pagarlas.

En su defensa comprometida por los derechos de autor y los artistas, el 19 de noviembre de 2006 encabezó junto con otros hombres de arte, la marcha de intelectuales por la cultura, en la cual se protestó a las puertas del Senado por la reducción del presupuesto a la cultura, ya que dentro de la imposibilidad del “gobierno” federal por hacer crecer este país, se optó por equiparse de policías y armamento y la solución más fácil fue quitarle dinero a uno de los rubros más importantes para nuestro desarrollo como nación.

La carrera como autor de Víctor Hugo Rascón Banda inicia en 1959 con "Voces en el Umbral", obra con la que fue finalista en el prestigiado premio “Tirso de Molina” en España, una obra de magnitud poética sobre la explotación extranjera, en el porfiriato, a la minería mexicana. Entre los textos teatrales de Rascón podríamos mencionar "La mujer que cayó del cielo", "La Malinche", "Contrabando", “Playa Azul”, “Tina Modotti”, “Tabasco negro” y “Los ejecutivos”, por mencionar algunos títulos.

En México sus obras han sido llevadas a escena por múltiples compañías, tanto profesionales como estudiantiles, además de que han sido dirigidas por los mejores directores del país.

Recuerdo que en la generación 2003-2004 del programa “Jóvenes Creadores” del Fondo Nacional Para la Cultura y Las Artes (Fonca), el maestro Rascón Banda fungió como tutor en el área de Teatro, título del que se desprendió poco después debido a su enfermedad. En el primer encuentro donde asistimos becarios y tutores, se nos explicó que no era obligatorio concretar un producto, sino conformar la mayor parte de él (esto era más para los novelistas), el maestro Rascón tomó entonces la palabra y exigió que todos los jóvenes, ya que iban a recibir una cantidad económica, tenían la obligación de concretar un producto artístico.

Esa exigencia caracterizó a este hombre de teatro y letras, ahora, en muchas partes del país se rinde un homenaje a su figura, con motivo del primer aniversario de su muerte. Aunque el mejor homenaje que se le puede rendir es continuar con su trabajo, con su labor en beneficio de los artistas, se podría por ejemplo revisar el talonario de la Sogem para hacer una reflexión acerca de la forma en la que se paga a los escritores, al artista no se le debe regatear, su oficio es importante y se estudia (mucho, a veces no de forma escolarizada) para ejercerlo, no hagamos homenajes estériles, el mejor homenaje sería seguir la lucha por los derechos de la comunidad, los artistas.

La violencia está en nosotros, la respuesta también: Apuntes de un escribidor

El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.

Johann Wolfgang von Goethe


I

No se puede ser ni estar apacible, ni mucho menos indiferente ante las circunstancias que nos rodean, porque vivimos en un siglo donde la amargura, el odio, la violencia y el afán de poder preponderan como una llama ardiente. Muchos corruptos dirán, “hay que subir a costa de otros, si no quieres que te pisen tienes que pisar”, premisa fáctica y que por lo mismo ha sido constructo de verdad.

Sin elucubraciones y con puntos claros:

1) En la Emiliano Zapata Sur III un niño de 7 años se ahorca, estudios forenses evidencian que ha sido abusado sexualmente. Para ir más allá, andaba en busca de su padre…y estaba triste.

2) 13 años, tenía 13 años cuando entró al baño antes de ir a comprar, con su madre, los panuchos y luego de jugar un partido de fútbol. Se cuelga con su cinturón en el baño. La comunidad está perpleja, aparentemente no tenía motivo para hacer “eso” que hizo. Ya sólo y para siempre tendrá 13 años.

3) Una niña de 13 años fue violada en España por siete “niños” (¿niños?) de entre 12 y 17, uno era mayor de edad. Poco después en el mismo país, pero no en la misma región, se repite el hecho. Ahora no hay ningún mayor de edad, todos son menores. Quieren entonces cambiar las leyes…y castigar con más fuerza.

4) Un niño que vio a su madre hacerse pedazos por una bomba y a su padre morir por una ráfaga, camina desolado por áfrica, por calles que se derruyen a su paso, ve un cielo que no será el mismo y el niño no sabe si habrá más. Pero el hijo del que ataca, el de la bomba y la ráfaga no tendrá por qué preocuparse: Mario Bros o el que sea, tiene 3 vidas y se pueden conseguir más.

5) En una camioneta del norte del país viaja una familia que celebra los tres años de vida de su hijo, 17 “fuscas” irrumpen en el camino, ¿motivo? El padre de familia también dirige el cuerpo policiaco de la ciudad. La buena noticia radica en que el niño vivió. Se acabó con una familia y dentro de la cotidianeidad se vuelve a las armas, aunque muchos no estén en guerra.

No es mi intención pecar de alarmista, ni de ser redundante en aspectos que nos aquejan, sólo apunto, pasajes que encuentro en mi realidad inmediata, cercana y a la vez distante. No seamos indignos haciéndonos a los dignos, porque nosotros en realidad matamos, todos los días y de muchas formas. Aunque dentro de nosotros siempre nos vamos a justificar con: “Hay de crímenes a crímenes” o “Hasta entre los perros hay ciertas razas”.

Lo cierto es que ¿Quién puede evitar que el mundo que nos rodea nos permee? Pero el mundo que nos rodeó no es el que los rodea a ellos, a los… ¿niños? Y hablo acorde a mi edad. Ahora las tiranías, simulacros de avances, paz y guerras son mediáticos, poderosos, entonces ¿Cómo podemos luchar?

Una vez, al leer un libro encontré una realidad paralela, misma a la que me aprehendí y que he visto puede ser, en primera un escape, pero también una solución: MATA DESDE TUS PERSONAJES Y TUS CONSTRUCTOS, PORQUE ENTONCES AHÍ ENCONTRARÁS UNA REALIDAD PARA DESTRUIR Y TAMBIÉN, AUNQUE NO SIEMPRE Y CASI NUNCA, UNA REALIDAD PARA CAMBIAR.

II

El arte no le sirve ni a ricos ni a pobres, se sirve a sí mismo y a lo largo del tiempo se reconstruye. Un libro está al alcance de todos, una obra de teatro muchas veces también; la música está en todas partes y algunos ritmos han sacado de la amargura y le han dado vida a seres agonizantes; la pintura la encuentras en las calles grafiteadas, en la imagen inconexa que nos presentan todos los días y que nos hacen creer que es el mundo. El arte es entonces un encuentro con lo otro que reconforta y equilibra, por obviedad no es para todos, pero sí para tantos, sólo hay que saber qué fibra tocar.

Se me viene a la mente el niño que recibe un violín, y después de que lo palpa, duerme con él, porque sabe que mañana amanecerá siendo otro, será diferente; o el poeta que se levantaba a las tres de la mañana para escribir, a las seis se pone a regar la milpa y a realizar los quehaceres del campo, a las 6 de la tarde se va a la biblioteca a leer… a Octavio Paz ¿Tienen idea de cómo escribe?

Todo esto es real, no es una farsa, es el arte. Quehacer donde participan miles y unos menos egoístas orientan para que esto se siga forjando, los maestros, los verdaderos maestros. Aquí abro paréntesis para expresar mi admiración por grupos de gente que han creído que lo mejor es educar, mejor educar que matar a un niño con su realidad que no lleva a la pasión, sino al odio desmedido que no permite redimir y deconstruir las constantes o a lo sumo sólo una pasión vacua.

El arte puede salvar vidas, cambiar rumbos, rehabilitar sin importar la medida de lo que pasa. Pero si esta es parte de la solución (el arte), por qué quitarnos presupuesto, por qué luchar contra corriente, por qué no aceptar el arte como una forma de rehabilitación y habilitación social.

El mundo ha dependido de los artistas, muchas ramas sociales no son sino derivaciones de la literatura que han usado otros argumentos para tornarse en científicos, pero literatura y arte al fin y al cabo. Vivimos en un mundo donde día a día los crímenes y los atentados se van superando a sí mismos y se tornan más atroces. La sociedad se detiene inmovilizada ante lo que ve, porque ahora los niños de 7 años se matan y ante la televisión y otros medios que no dejan de hablar de violencia hay que buscar por donde.

En Yucatán hay proyectos viables, que trabajan a partir de esta mirada artística, integradora, educativa, pero también hay un lucro desmedido por esta labor, muchas veces no se quiere educar sino ganar ciertos incentivos económicos que esa actividad nos permite, olvidándonos de los contenidos, de la gente. ¿Cuántos maestros malos conoce usted, lector?

Ahora hay que ponernos más alerta, estos hechos (suicidio infantil) tal vez sean sólo la punta del iceberg, hay que ser más concientes en la educación de los niños y cómo trabajamos con ellos…el arte puede evitar la desazón y apuntalar el camino…todo es contenido y forma. Ficción, vida y muerte

Opción múltiple y los alcances de la comedia: Sobre la dramaturgia necesaria


En el año 2000, gracias a Víctor Belmont que tenía una visión de un verdadero espectador y consumidor de teatro, se pudo lograr que el Centro Cultural Olimpo hospedara producciones de una parte importante del teatro que se hacía en el centro del país. Fue uno de los años en que más teatro de otra parte de México pude ver en mi Estado, cosa que a veces se extraña, ya que como partícipes de la escena es importante consumir el proceso creativo de los otros.

Cada semana una obra nueva (foránea) aparecía en cartelera, había que llegar temprano para no quedarse fuera, eran los tiempos en que la paciencia y el entusiasmo eran los mejores aliados. Cuando se dio la tercera llamada, nuevamente se abrió el telón, “Opción Múltiple” del reconocido dramaturgo mexicano Luis Mario Moncada se entregaba en cuerpo y alma al Estado de Yucatán: acuse de recibido.

Se estaba ante una comedia que exploraba (y explotaba) la condición discursiva de la enferma con desorden de personalidad disociada, Diana es una joven que sufre ese trastorno y a la vez convive con Diana (Petra), Alter-ego opositor de Diana; Diana (Sabueso), protector, la personalidad masculina de Diana; Diana (Julia), Alter-ego conciliador; Diana (Olga), Alter-ego histriónico y depresivo. El Autor señala que los personajes a pesar de ser el mismo tendrán que ser interpretado por diferentes actrices y para no prestarse a la confusión estás tendrán similitud en algunos movimientos y vestuario, pero personalidad propia.

Esta convención permite que algunas situaciones sean de una comicidad desbordante, ya que ante una misma situación el personaje con el que interactúa Diana se siente confuso por los constantes cambios de actitud, Luis Mario Moncada nos muestra un oficio de escritor a favor de las posibilidades del actor y la escena.

Diana consulta a un psiquiatra ya que tiene que descubrir la razón de su trastorno de conducta, por lo general la conducta disociada se deriva de un shock emocional que se produce de entre los 8 y 12 años, en el cual el paciente no recuerda nada. Diana le tiene pavor al cristal y es a través del miedo, seguridad, protección, melodramatismo y hasta de la oposición que le dan sus otras personalidades que logra recordar.

El psiquiatra Ricardo, un pretendiente tosco llamado Medardo y un artesano del vidrio (Gerardo) que tiene un negocio en el que Diana compra un florero, son interpretados por un mismo personaje. A través de ellos se van dando las circunstancias que nos orillan a la carcajada.

Diana prepara el encuentro con Medardo (una cena) y sus alter-egos le ayudan, todo se vuelve un caos y resulta un desastre que va llevando a Diana a resolver su problema. El encuentro con el artesano de vidrio es el punto final para la resolución.

La multiplicidad de personajes que convergen en uno mismo es de gran peso para esta comedia. “Opción múltiple” es una obra inteligente y de alta comicidad a partir de las convenciones teatrales que el autor nos presenta, incluso se realizó una versión de carácter comercial en el que Eugenio Derbez abordó al personaje masculino, lo que nos lleva a pensar sobre la efectividad de esta comedia que es muy difícil de sintetizar en estas breves líneas.

La dramaturgia de Moncada es una de las más representativas de finales del siglo XX. Sus obras a limón con Martín Acosta dieron mucho de qué habar tanto para la crítica como para los estudiosos del teatro mexicano, sobre todo en lo referente al video-teatro, pero esta obra es una muestra de las posibilidades de registro de este hombre de teatro. Opción Múltiple se nos presenta como una obra sumamente recomendada para su lectura y para los que practican el oficio para su representación en escena.

Luis Mario Moncada nació en Sonora en 1963. Estudio la carrera de Licenciatura Dramática y Teatro en la UNAM. Es una de las presencias más activas del teatro mexicano actual como dramaturgo, actor, investigador y promotor de las artes escénicas. Entre sus obras y adaptaciones más recocidas se encuentran “Alicia detrás de la pantalla”, “Exhivisión”, “Adictos anónimos”, “James Joyce, Carta al artista adolescente”, “Superhéroes de la aldea global” y “El motel de los destinos cruzados”. Fue director del Centro Cultural Helénico.

(Moncada, Luis Mario. “Opción Múltiple”. El milagro-Conaculta, Colección La Centena Teatro. México D.F, 2003. Pp.107.)

Publico… ¿luego existo?: Apuntes de un escribidor


"No por mucho publicar se consagra más temprano" (De los poemínimos de Huerta)

Dentro del mundo de la literatura (y los que escriben tomando el verbo con verdadera seriedad) existe una clara noción de publicar en una editorial de prestigio, ya que eso conlleva a reconocimiento, ser leído, distribuido, traducido y firmar un contrato con cláusulas sacadas del imaginario con el que se concibe el mundo de la élite.

Pero bueno, la publicación en casas editoriales de renombre, si bien da un prestigio, no siempre garantiza la potencialidad de la palabra como herramienta estética y discursiva. Me imagino que usted lector, alguna vez se habrá topado con alguna novela o libro de poemas de “X” autor en esas editoriales (llámese Alfaguara, Mondadori, Planeta, Era, etc.) y habrá dicho: “si este publica en Alfaguara hasta yo puedo”, pero el caso es más complejo e incluso ético en lo que se refiere a la industria editorial. Intentaré exponer las ideas de forma clara (pero muy a la manera de este escribidor) y no confabular tanto con las palabras.

En primera, hay mucha gente que escribe, otra que afirma ser escritor, incluso otros más osados que dicen estar escribiendo su tercera novela, pero que aseguran nunca publicarán su obra, ya sea por temor, timidez, porque no es el momento o simplemente porque el lector (entiéndase aquí la humanidad) no se lo merece, es entonces que su postura como generador de la palabra se anula, ya que al no ser leído no se tiene ni se tendrá registro de él. Esto tiene que ver con la idea de los procesos de recepción, es decir para que el teatro puede existir necesita del espectador, el libro también necesita del lector.

Aquí se argumentará que posiblemente algún ser querido o amado de ese escritor inédito lo estará leyendo y lo seguirá leyendo, incluso (aquel escritor en el lecho de muerte) bien pudo haber legado sus novelas inéditas a esa conciencia amada, por lo que su obra seguirá vigente, pero el margen de la memoria humana es tan pequeño que si no se registra bajo otro soporte, irremediablemente tendrá que morir, al igual que el autor, tal como lo dice Oliveiro Girondo: “sólo moriré cuando no sea siquiera un recuerdo”.

Antes de morir, Kafka le entregó sus manuscritos y correspondencia a su amigo Max Brod con el fin de que no los divulgara (o quizá fue una artimaña para que contradijera lo dicho) y los destruyera, cosa que dejó de hacer y que nos permite leer a Kafka, puesto que el autor en vida pasó inadvertido ya que sólo publicó algunos relatos breves, ahora ¿Qué hubiera pasado si esos documentos y manuscritos efectivamente hubieran sido quemados y no los hubiera conocido nadie? Simplemente no habría Kafka.

El argumento anterior es con la simple intención de dejar en claro la necesidad del escritor de difundir su trabajo y encontrar los mecanismos de distribución editorial que permitan acercarlo al lector para que haya interactividad en su discurso, lamentablemente estamos ante las normas capitales y el objetivo es cómo utilizar esa industria para el beneficio de la obra estética.

Vivimos en el tiempo de las marcas: ¿de qué marca es tu pantalón? ¿Qué tipo de coche tienes, qué modelo, de qué año? ¿Tu reloj es de marca? ¿Tu bolso es de piel? ¿Tus zapatos son originales? ¿Nombre de qué diseñador es tu loción? ¿En qué editorial publicas?.

Aunque aquí hay que ver varias cosas, ya que “la mona aunque se vista de seda mona se queda”, en el sentido de que se podrá publicar en una gran editorial pero tener una obra mediocre, nuestro sistema es tan complaciente (si se tienen las relaciones públicas al orden del día) que permite crear imágenes aunque los que la ostentan carezcan de todo lo que gozan (basta con decir que Carstens, el de Hacienda es doctor y que Cuauhtémoc Sánchez vende mucho más que otros mejores), aquí es cuando debería de entrar el criterio de calidad, posición ilusa pero necesaria, que sólo es posible en el ámbito individual, no industrializado.

Aquí hago referencia a mi carácter de generador de discursos, algunas personas con las que nunca había hablado y por azares del destino pude entablar un diálogo, me preguntaban por qué había rechazado publicar en “Teatro de la Gruta VII” del Fondo Editorial Tierra Adentro, el verbo rechazar es aquí un eufemismo, ya que las palabras fueron otras, pero bueno, se había creado un mal entendido. A partir de una reflexión particular que tuve después de escuchar las posiciones de maestros de la escena ante los yerros de la juventud de publicar lo que se les viniera en gana, independientemente de si su trabajo era de calidad, decidí no publicar mi obra “Un alma detrás de la cerradura” (la cual tiene ahora otro nombre), ya que me hallaba en una posición de vulnerabilidad en el sentido de que tenía tanto en la cabeza (teorías, ideas, posiciones) que ponerlas en orden en cierto tiempo no iban a ser posibles a partir de una obra dramática, necesitaba otro proceso. Hay días en que las obras simplemente no se pueden terminar (hay que tener oficio, cosa que sólo da el tiempo) y por lo mismo hay que dejarlas reposar un rato.

No quise publicar porque alguien lo iba a leer y (en todo su derecho) lo habría de cerrar (el libro), a lo mejor quitándole la oportunidad a los otros (ya que se trataba de una compilación). Hay gente que me ha dicho que dejé pasar la mejor oportunidad de mi vida (no lo creo, la vida tiene otras), que debí haber publicado sin importar la calidad literaria, aunque creo ahora que no hay que apresurar nada, a lo mejor tenemos derecho a una mala publicación y ya había agotado ese derecho. Para no pecar tampoco de soberbio le expuse mi posición al jurado, Rodolfo Obregón menciona en el prólogo de “Teatro de la Gruta VII” mi decisión, cosa que se agradece.

He visto y leído a gente que está tan obsesionada, deseosa y exigente que se publique su obra y ver su nombre impreso (para presumir a los suyos y a los que no lo son) que no le importa el receptor, pero no hay que apresurarse, vivimos en un cinismo político donde no importa la calidad y las ideas como para que este cinismo se traduzca a la esfera del arte.

Publicar es la justa necesaria para cualquier autor, es cierto, pero también habría que tener conciencia de qué publicamos, el verdadero lector es crítico, hay que ir en busca de nuestro lector cómplice, pero hay que tener calidad y criterio, he leído algunos libros de gente que tiene mi edad o menos, que de plano no regresaría a la siguiente entrega de su saga, tengamos miedo a eso, por favor, que nos tiemble la mano.